martes, 30 de septiembre de 2014

Confianza suprema

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El libro Guinness Book Records narra una interesante historia de fe y confianza. El mayor volatinero del siglo XIX fue Francis Gravelet, alias Charles Blandin, (1824 – 1897) de Francia.
Fue el primer ser humano que cruzó las Cataratas del Niágara. Lo hizo caminando sobre una cuerda floja que tenía tres pulgadas de grosor, cuatrocientos metros de largo y estaba a cincuenta metros por encima de las cataratas. La hazaña ocurrió el 30 de junio de 1859. Cruzó las cataratas empujando una carretilla, se detuvo en medio del recorrido y comió su almuerzo.
Después que Blandin cruzó las cataratas, un joven espectador le gritó:
-Señor Blandin, ya se detuvo comió su almuerzo por encima de las cataratas, ¿por qué no las cruza ahora llevando a alguien en sus espaldas?
-Muy bien –replicó Blandin-, ¿de verdad crees que puedo hacer eso?
-Si, estoy seguro que usted puede –fue la respuesta.
-¡Qué bueno! –respondió Blandin-, ven súbete a mi espalda y voy a intentarlo.
El joven desapareció silenciosamente entre la multitud. ¡Su fe en Blandin no era más que palabras!
Un año más tarde el 30 de junio de 1860, Blandin regresó a las Cataratas del Niágara y las cruzó con su agente, Harry Colcord, sobre su espalda. ¿Qué había hecho la diferencia? ¿Por qué lo hizo Colcord? Porque son sólo tenía una creencia intelectual y temporal en Blandin, ¡confiaba plenamente en él!
¡Esa es fe verdadera! ¡Verdadera confianza es poner todo tu peso en algo o alguien! La Biblia dice: “Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas” (Proverbios 3:5, 6).Confía en Dios y hallarás descanso en tu vida. Confiar en Dios es como sentarse en una silla. Uno pone todo su peso sobre ella. No hay cosa más insegura que una silla con una pata rota. Uno se sienta pero en realidad no pone todo su peso sobre ella. Se cansa en un instante porque no ha confiado en el asiento. Acuérdate que Jesús reprochó a muchos, diciendo: “De labios me honran, pero su corazón lejos esta de mí”. La confianza en Dios es resultado de una práctica continua que se convierte en una experiencia cotidiana. ¿Cuántas veces habrá cruzado Colcord sobre la espalda de Blandin, con cuerdas menos largas y sobre espacios menos peligrosos?
Seguramente muchas, hasta que adquirió plena confianza en su “portador”.
La vida cristiana es confianza plena en Dios. Poco a poco, a medida que experimentamos su fidelidad en el cumplimiento de sus promesas, aprendemos a confiar en Él.


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¿Conoces los micronutrimentos?



Todos los alimentos que consumimos contienen nutrientes o nutrimentos, en mayor o menor cantidad. Cada uno de ellos cumplen funciones específicas en el metabolismo del cuerpo que nos ayudan a mantenernos sanos.
En el área de nutrición, reconocemos dos grupos de nutrimentos de acuerdo a la cantidad en que se requieren. No tiene nada que ver con su importancia, puesto que todos son indispensables para un funcionamiento óptimo del cuerpo. Los distinguimos en Macronutriementos y micronutrimentos.
Los macronutrimentos, componen el 99 % de los alimentos que consumimos y nos aportan energía. Consideramos dentro de estos a los Carbohidratos o azúcares, las proteínas y las grasas también llamadas lípidos. Los micronutrimentos, son sustancias nutritivas que el cuerpo necesita en pequeñas cantidades (menos del 1 %) y sirven para protegernos de algunas enfermedades. Estos, al igual que los macronutrimentos, los encontramos en los alimentos que consumimos diariamente.
Los micronutrimentos, también son conocidos como vitaminas y minerales; Entre los más comunes, encontramos la Vitamina A, la serie de vitaminas B, la vitamina C, el ácido fólico, y los minerales hierro, yodo, calcio y zinc.
Cuando consumimos diariamente una dieta variada y preparada con diversos alimentos, nos aseguramos de consumir los micronutrimentos suficientes y otras sustancias nutritivas necesarias para vivir sanos.
En todas las etapas de la vida son importantes, sin embargo los niños, los adolescentes y los adultos mayores, necesitan poner especial interés en llevar una dieta adecuada, ya que esto ayudará a que no sufran deficiencias de nutrimentos como la Vitamina A, C, Calcio, hierro, ácido fólico y Zinc.
A continuación te desglosamos a grandes rasgos algunas cosas importantes que debes saber.
Vitamina A: Se encuentra en la leche, el queso, las verduras y frutas de color verde, amarillo y naranja. Previene problemas de la vista, diarreas, infecciones de la piel y retardo del crecimiento y desarrollo.
Complejo B: Aquí se incluyen las vitaminas B1, B2, B6 y B12. Las verduras de hojas verdes, los frijoles, los cereales integrales, el huevo y las carnes son fuente de estas vitaminas, así como la levadura de cerveza que es una excelente fuente de vitamina B12.
Vitamina C: La mayoría de las frutas cítricas como la naranja, limón, toronja, guayaba, los vegetales verdes, el jitomate, y especialmente la guayaba y el chile, son fuente importante de esta vitamina. Favorece un mejor aprovechamiento del hierro y previene enfermedades respiratorias, sagrado de encías y problemas de cicatrización.
Ácido fólico: Se encuentra presente en todas las verduras de color verde obscuro (quelites, acelgas, espinacas), frijoles, habas, así como en carnes. Esta vitamina disminuye las enfermedades diarreicas, anemia en mujeres embarazadas y en niñas y niños menores de 5 años.
Hierro: Las verduras de hojas verdes, los frijoles y las lentejas son fuente importante de este mineral, sin embargo siempre deben ir acompañadas de una pequeña dosis de vitamina C para mejorar su absorción. No dudes añadir un poco de limón o algún otro alimento rico en vitamina C para que sea más nutritivo. Evita la anemia, principalmente en niños y niñas menores de 5 años, así como mujeres en edad fértil.
Yodo: Presente en el pescado y en la sal yodada. Previene el bocio (abultamiento en el cuello) y problemas de crecimiento y desarrollo en niñas y niños. Calcio: Se encuentra en la tortilla de maíz, el amaranto, los vegetales verdes y especialmente en el ajonjolí. También en los productos lácteos. Protege contra la osteoporosis, el raquitismo y la debilidad de huesos y dientes.
Zinc: El pescado, los cereales integrales y los vegetales de hojas verdes con fuentes importantes de este nutrimento. Su deficiencia afecta principalmente a adolescentes, adultos, mujeres embarazadas y madres que amamantan. Puede provocar retraso de crecimiento y envejecimiento prematuro.

Recomendaciones

La alimentación recomendable debe aportar, además de la energía que se necesitan para vivir y/o crecer, las vitaminas y minerales necesarios para estar sanos. Las vitaminas A, B, C, el ácido fólico y los minerales como el hierro, el calcio y el yodo son básicos para una nutrición adecuada.
Las mujeres embarazadas y las que amamantan, deben comer diariamente alimentos ricos en vitaminas, proteínas y minerales para no sufrir anemia, descalcificación, desnutrición y para evitar tener niños desnutridos.
En los adultos y ancianos es muy importante que la dieta diaria sea variada así como incluir frecuentemente frutas y verduras.

El matrimonio y la familia


Son las cuatro de la mañana. Una vez más, él no ha llegado a casa. Mi almohada de plumas es una pobre sustituta de la calidez de su cuerpo. Por mi mente desfilan una infinidad de pensamientos, agolpándose unos con otros. ¿Dónde está? ¿Qué le sucede? ¿Por qué no ha llegado?

La respuesta silenciosa del Padre es simple: “Confía en mí”.

La ignoro y decido llamar a su teléfono móvil. Me contesta el servicio de mensajes. ¡No quiero que me responda esa grabación, quiero hablar con mi esposo, ahora mismo!

Siento deseos de gritar: “¿Por qué me sucede esto?”, pero en lugar de correr a despertar a los vecinos, decido prepararme una bebida caliente que no puedo tragar porque la tremenda agitación que siento no me lo permite. Mis ojos comienzan a llenarse de lágrimas, pero trato de enjugarlas al oír los pasitos de mi hijita de 5 años que baja la escalera. Adopto la expresión más valiente que puedo cuando la escucho preguntar: “Mami, ¿dónde está papito?”

Le pido a Dios que me ayude a mantener la compostura; alcanzo a explicarle que “papito no está en casa en este momento”. Entonces siento cómo me golpea su nueva pregunta: “¿Va a regresar?”

¿Va a regresar?

Acuno a mi niñita y juntas regresamos a la cama. Mientras ella cae nuevamente en un profundo sueño, enfrento la realidad de una vida sin mi esposo, sin su padre.


Momentos de desesperación


El 21 de enero, mi esposo se había despertado a las 2:30 de la mañana con un dolor agudo en la pantorrilla. Debido a una conversación que había tenido hacía poco con un médico, decidió llamar a un pastor amigo que lo llevó al hospital. Allí descubrieron que tenía un peligroso coágulo en la pierna que se había quebrado unas tres semanas antes, mientras estaba de viaje del otro lado del mundo. Ese mismo día, a nuestra hija le diagnosticaron una rara anormalidad hormonal que requeriría de numerosos estudios, visitas al hospital y controles periódicos por el resto de su vida.

Logré mantener la compostura durante el resto del día, pero alrededor de las siete de la tarde tenía un plan de acción que esperaba resolviera todos mis problemas. Retiraría el dinero de todas nuestras cuentas bancarias, cobraría en efectivo todas nuestras inversiones, vendería mi automóvil y contrataría un equipo de enfermeras y especialistas para que cuidaran de mi esposo y mi hija. Entonces me marcharía.

Sé bien lo que están pensando: ¡qué pésima esposa, madre cruel y persona egoísta! Pero durante diez minutos, sentí que quería detener la catarata de desastres en las que se había convertido mi vida y huir de allí.

Sin embargo, esos agradables pensamientos de libertad y tentadora conducta irreflexiva fueron reemplazados con rapidez por el recuerdo de que era parte de una relación de familia comprometida “en las buenas y en las malas”. “El amor mutuo, el respeto y la responsabilidad son la trama y la urdimbre de esta relación, que debe reflejar el amor, la santidad, la intimidad y la perdurabilidad que existe de la relación entre Cristo y su iglesia”.1 Al momento recobré la compostura y desterré todos los pensamientos que me habían atormentado, a la vez que por la gracia de Dios tomé la decisión de ser una esposa y madre tan funcional como fuera posible.


Un bello don opacado

El matrimonio no es algo fácil; doy testimonio de eso. A nosotros, los últimos siete años nos han presentado desafíos que me recuerdan una dramática novela de ficción, con la única diferencia de que todo fue real y que tanto mi esposo como yo sobrevivimos a ello. Lo que nos mantuvo unidos es nuestra creencia fundamental en la santidad del matrimonio y la familia. También creemos que la familia es el plan de Dios, como también lo dice la Biblia y lo expresan tan claramente las doctrinas de la Iglesia Adventista.

Creo firmemente que junto con el sábado, el matrimonio fue el don que Dios les dio a Adán y a Eva durante la creación y debía ser algo hermoso, sagrado e íntimo y uno de los actos supremos de la creación: “hueso de mis huesos y carne de mi carne” (Gén. 2:23). Pero el pecado opacó gravemente este don. El estado de perfección que existía entre Adán y Eva, que Dios quería que sirviera de modelo para todas las generaciones, cambió. En su lugar, produjo dolor y sufrimiento interminables.

De todas las creencias fundamentales de la Iglesia Adventista, ninguna es tan atacada día a día como la del matrimonio y la familia. Solo tenemos que encender la televisión para ver cuán distorsionada es la imagen de la vida familiar que allí se presenta. Relaciones extramatrimoniales, incesto, abuso, mentiras, engaños, materialismo; todo esto es parte integral de las escenas. La infidelidad conyugal es exhibida como algo fascinante y atrayente, que casi no tiene consecuencias. Los noticiosos destacan los problemas crecientes de las familias y poco se preocupan por soluciones duraderas.

Los documentales nos llevan a los hogares de “personas reales” para mostrar el dolor y la angustia de la vida diaria de una persona tipo. La sociedad absorbe de manera enfermiza todo lo que ve y lo repite, derramando su amargura frente a las nuevas generaciones, que llegan a pensar que es “normal” ser parte de una familia disfuncional.

Un aspecto importante pero a menudo no tenido en cuenta, de la doctrina del matrimonio y la familia, es que “el creciente acercamiento familiar es uno de los rasgos distintivos del último mensaje evangélico”.1 Deseo una gran vida familiar para poder disfrutar de mi esposo e hija; sin embargo, me he comenzado a preguntar si aprecio lo suficiente el hecho de que “la mayor evidencia del poder cristiano que se pueda presentar al mundo es una familia bien ordenada y disciplinada”. Elena de White agrega: “Esto recomendará la verdad como ninguna otra cosa puede hacerlo, porque es un testimonio viviente del poder práctico que ejerce el cristianismo sobre el corazón”.2

Cuando Cristo le dijo a sus discípulos: “Id y haced discípulos a todas las naciones” (Mat. 28:19), no solo se estaba dirigiendo a predicadores profesionales o médicos misioneros. Se estaba refiriendo a todos, incluyendo a las familias. “Para que todos sean uno; como tú, Padre, en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste” (Juan 17:21).

El Maestro se estaba dirigiendo a mí.


Culpable, pero en paz

Una semana después, son otra vez las cuatro de la mañana. Mi esposo duerme a mi lado. Al menos, creo que duerme, aunque no puedo sentir su corazón ni escuchar su respiración.

Siento que se mueve. Todos los músculos de mi cuerpo se relajan. De pronto, me siento muy culpable por haber pensado en marcharme. Siento que me tocan en la espalda. ¡Es mi hija! Le doy un beso y un abrazo. Me siento terriblemente culpable. Ambos me necesitan y yo debo ser la esposa y madre que Dios quiere que sea, no solo para atender a mi familia, sino también para permanecer fiel a Dios y para ser un testimonio para mi comunidad, mis amigos y mis vecinos.







Fuente: AdventistWorld.com
1. Creencias fundamentales, No. 23, la cursiva es nuestra. 2. El hogar cristiano, p. 26.
Nota: Versión corregida y re formateada, de la originalmente publicada por Ojo Adventista, el 26 de diciembre de 2008.
• Creencias Fundamentales Nº23 / El matrimonio y la familia

El matrimonio fue establecido por Dios en el Edén y confirmado por Jesús, para que fuera una unión para toda la vida entre un hombre y una mujer, en amante compañerismo. Para el cristiano, el matrimonio es un compromiso con Dios y con su cónyuge, y este paso solo debiera ser dado por personas que participan de la misma fe. El amor mutuo, el respeto y la responsabilidad son la trama y la urdimbre de esta relación, que debe reflejar el amor, la santidad, la intimidad y la perdurabilidad que existe de la relación entre Cristo y su iglesia. Respecto del divorcio, Jesús enseñó que la persona que se divorcia, –a menos que sea por causa de fornicación– y se casa con otra, comete adulterio. Aunque algunas relaciones familiares están lejos de ser ideales, si ambas partes se consagran plenamente el uno al otro en Cristo, pueden lograr una amorosa unidad, gracias a la dirección del Espíritu y al amante cuidado de la iglesia. Dios bendice la familia y es su propósito que sus miembros se ayuden mutuamente hasta alcanzar la plena madurez. Los padres deben criar a sus hijos para que amen y obedezcan al Señor. Mediante el precepto y el ejemplo tienen que enseñarles que Cristo disciplina con amor, que es siempre tierno, que se preocupa por sus criaturas y que quiere que lleguen a ser miembros de su cuerpo, la familia de Dios. El creciente acercamiento familiar es uno de los rasgos distintivos del último mensaje evangélico. (Gén. 2:18-25; Mat. 19:3-9; Juan 2:1-11; 2 Cor. 6:14; Efe. 5:21-33; Mat. 5:31, 32; Mar. 10:11, 12; Luc. 16:18; 1 Cor. 7:10, 11; Éxo. 20:12; Efe. 6:1-4; Deut. 6:5-9; Prov. 22:6; Mal. 4:5, 6).









La dieta del cerebro: la alimentación influye en el estado de ánimo



El azúcar nos sirve para controlar los impulsos | Numerosos estudios aconsejan aumentar el consumo de omega-3

Los efectos de la comida sobre nuestras reacciones y emociones han sido ignorados durante mucho tiempo. Sin embargo, científicos de todo el mundo se proponen ahora demostrar que hay una correlación directa entre la dieta y nuestro estado de ánimo.

La relación de las personas con la comida es uno de los elementos que contribuyen a la diversidad cultural del ser humano, a la riqueza gastronómica repleta de sabores, de aromas, de texturas y de matices. La interacción que cada uno tenemos con los alimentos es peculiar y específica, es un regalo para los sentidos, un placer individual que adquiere una dimensión especial cuando se puede compartir alrededor de una buena mesa.

Por desgracia, los alimentos, no sólo aportan los nutrientes necesarios para vivir, sino que también pueden desencadenar o empeorar enfermedades, desde la gota por el consumo excesivo de carne o de marisco, hasta crisis de migraña después de un atracón de chocolate o quesos, pasando por los problemas circulatorios derivados de un consumo elevado de sal o de ingerir cantidades importantes de grasas saturadas. También sabemos que, en ocasiones, el cerebro modifica la relación de las personas con los alimentos, lo que conduce a excesos como la bulimia por falta de control en lo que se ingiere o, en el otro extremo, la anorexia; así, pues, algunas disfunciones cerebrales modifican la forma de comer. Pero ¿es cierta la relación inversa? Los alimentos ¿pueden afectar a la conducta?

Jean Jacques Rousseau afirmaba que "es un hecho que las personas que comen mucha carne son por regla general más crueles y feroces". "Qui menja sopes, se les pensa totes", dice un refrán catalán, refiriéndose a los supuestos efectos beneficiosos de la sopa para ser avispado; "Barriga llena no estudia de buena gana", comentan otros. Néstor Luján, en su Diccionario Luján de gastronomía catalana (La Campana, Barcelona, 1990) recoge la opinión de los médicos medievales sobre las lentejas: provocan epilepsia y locura, y esta creencia ha perdurado a lo largo de los siglos en algunos lugares. El refranero recoge desde antaño los efectos de la alimentación sobre el humor; sin embargo, los científicos han sostenido que era absurdo pensar en una relación entre la dieta y el funcionamiento del cerebro. ¿Sigue siendo así?


Nutrición y salud mental

Isla Mauricio se encuentra en el océano Índico, sobre el trópico de Capricornio, y fue puerto de marineros árabes, portugueses, holandeses, franceses e ingleses, que colonizaron sucesivamente sus escasos 2.000 km2 de superficie. Isla Mauricio es conocida mundialmente por ser el único hábitat natural del extinto pájaro dodo, pero en el ámbito de la salud pública también ostenta la unicidad por ser el lugar donde se está siguiendo una cohorte de 1.795 niños nacidos allí en 1969. Peter Venables y Adrian Raines son los investigadores principales del Mauritius Child Health Project, que estudia los factores asociados a alteraciones mentales, mediante el seguimiento exhaustivo de un grupo muy amplio de niños desde su nacimiento, con la finalidad de poder prevenirlos. Uno de los resultados centrales de este estudio es la identificación de la malnutrición en la infancia como factor de riesgo de algunas alteraciones futuras. La serie de Isla Mauricio ha permitido observar que una dieta mejor reduce la aparición de alteraciones de la conducta en un 53% y la hiperactividad en un 41%.

Numerosos artículos describen asociaciones entre diversos componentes de la dieta –incluyendo micronutrientes como el zinc o derivados de la vitamina B– y alteraciones cognitivas o disfunciones cerebrales. En la actualidad se está tratando de estudiar cuáles de estas asociaciones son puramente casuales y cuáles podrían tener un fundamento causal.

Una de las áreas en las que se ha avanzado más es la posible relación entre la degeneración neuronal, el envejecimiento y los estados depresivos. El auge de este tipo de investigaciones se debe a la idea de que, hacia el año 2050, cerca de un 30% de la población mundial tendrá más de 65 años, y las alteraciones degenerativas serán un problema mucho más importante que en la actualidad. En esta línea, James Joseph, científico del Centro de Investigación sobre Nutrición Humana en el Envejecimiento de la Universidad Tufts en Boston, acaba de publicar una revisión de los estudios existentes sobre la relación entre la degeneración neuronal, el cerebro y la nutrición. Concluye que es importante ingerir regularmente sustancias con efecto antioxidante (como los polifenoles) porque a medida que avanza la edad, nuestro cerebro se vuelve más sensible al estrés oxidativo, de modo que parece recomendable seguir una dieta rica en ácidos grasos poliinsaturados como los que contienen el pescado o los frutos secos. Además, la mayoría de los autores coinciden en recomendar una restricción del aporte diario de calorías para mantener las funciones cerebrales cognitivas en un estado óptimo.


Atentos a los omega-3

El denominado trastorno por déficit de atención/hiperactividad es una entidad controvertida que se describió por primera vez en 1902 bajo el nombre de "disfunción cerebral mínima", a causa de la levedad de los síntomas y la incertidumbre del diagnóstico. Un siglo más tarde el panorama ha cambiado mucho gracias, sobre todo, a dos circunstancias: el hecho de que ese nombre –abreviado a menudo como TDAH– aparece como un diagnóstico en el conocido diccionario de enfermedades DSM desde la versión III de 1980, y también al hecho de que se han comercializado medicamentos costosos específicos para este trastorno.

En la búsqueda de las causas que podrían explicar la dificultad para la concentración, varios autores han investigado factores nutritivos. En este sentido, el psiquiatra Javier Quintero, del Hospital Infanta Leonor de Madrid, y su equipo han analizado el posible efecto de la dieta actual –deficiente en ácidos grasos omega-3 comparada con la dieta previa a la industrialización– sobre el crecimiento, el desarrollo del tejido cerebral o conductas concretas (como rabietas, cambios de humor o alteraciones del sueño). Según estos autores, los estudios actuales apuntan a esa relación, aunque todavía no son concluyentes. En otras palabras, como suscribe la doctora Natalie Sinn, del Centro de Investigación en Fisiología de la Dieta en la Universidad de South Australia, no se trata de empezar a dar suplementos de ácidos grasos omega-3 a los niños inquietos, sino procurar que la dieta cotidiana contenga más ácidos grasos omega-3 de los que ingerimos, algo que sin duda será beneficioso para todos, los niños movidos, a quienes les cuesta mantener la concentración, y también todos los demás.


Glucosa y autocontrol

En Espalda y emociones, el osteópata David Ponce describe las consecuencias de la acumulación de sustancias excitantes que ingerimos a lo largo del día a partir de lo que gráficamente llama "efecto Sue Ellen", en referencia a la protagonista de la serie televisiva Dallas –que siempre tomaba una copa para relajarse antes de irse a dormir–. Tras un día de trabajo intenso y largo, cierta cantidad de alcohol al terminar una cena más o menos copiosa produce un efecto relajante que, a la madrugada siguiente, tiene que revertirse con una buena dosis de café (a menudo potenciada con la nicotina de algún cigarrillo) y el azúcar (en el mismo café, en la bollería que comemos para desayunar, o con la bebida de cola que tomamos a cualquier hora). Para contrarrestar este estado de excitación continuada y poder conciliar el sueño, habrá que ingerir alcohol de nuevo la noche siguiente, y así sucesivamente. Cafeína, nicotina, azúcar y alcohol, cuatro elementos que, cuando dejan de tomarse únicamente para saborearlos, se convierten en malos compañeros.

Especial atención merece la glucosa, un compuesto indispensable para numerosas funciones vitales y que es casi la única fuente de energía del cerebro, adonde llega a través del flujo sanguíneo. El cerebro requiere glucosa para poder llevar a cabo de manera eficiente sus múltiples tareas, desde recibir y procesar la información de los sentidos hasta funciones superiores como pensar, recordar o planificar, pasando por el complejo mantenimiento de la homeostasia de todo el cuerpo. Lo curioso es que hay una tarea que requiere un aporte especial de glucosa: el autocontrol.

Matthew Gaillot y Roy Baumeister, dos psicólogos de la Universidad estatal de Florida, han realizado un exhaustivo estudio de la conducta en centenares de personas que les ha permitido concluir que unos niveles de glucosa adecuados y constantes son fundamentales para poder ejercer el autocontrol –la capacidad de frenar los impulsos y las respuestas automáticas de una manera consciente, algo que resulta esencial para el buen funcionamiento tanto individual como social, para facilitar la cooperación y la armonía entre los grupos humanos–. Esto podría explicar algunas de las conductas que se observan tras reuniones largas en las que la hipoglucemia hace mella en los participantes y aumenta la probabilidad de que aparezcan respuestas fuera de tono o discusiones cuyo origen es a menudo el cansancio mental.

Sin embargo, hay que aclarar de inmediato que glucosa no significa necesariamente hidratos de carbono refinados; debemos recordar que el organismo es capaz de obtener glucosa de otras fuentes, como las proteínas o la fruta.

¿Vamos hacia una neurogastronomía? Por el momento, quizás no se trate tanto de que los chefs tengan una formación en neurociencias ni de que haya restaurantes con menús para moldear el estado de ánimo, sino de ser conscientes del valor de una dieta equilibrada sobre la silueta o la salud cardiovascular, pero también sobre las emociones y el estado de ánimo. Y, mientras tanto, no olvidar que los intestinos y el humor pueden jugar malas pasadas cuando, en lugar de sentarnos a la mesa como se merece una buena comida, lo hacemos como una rutina, de prisa y corriendo, pensando sólo en el trabajo y enfrascados en la ansiedad o en eso que llamamos estrés cotidiano.


¿Y el segundo cerebro?

Michael Gershon es catedrático del Departamento de Anatomía y Biología Celular en la Universidad de Columbia. En su libro "The second brain" aclara: "Éste no sirve para resolver problemas filosóficos ni para escribir bellos poemas; tales actividades están reservadas para el cerebro de la cabeza"; ahora bien, recuerda que hay otra parte del cuerpo humano dotada de una complejísima red de tejido nervioso que, además, contiene gran cantidad de neurotransmisores, como los que también se encuentran en el otro cerebro (por ejemplo, la serotonina). Es el sistemanervioso entérico, que acompaña al tubo digestivo desde el esófago hasta los intestinos, pasando por el estómago.

Hasta hace poco se creía que el sistema nervioso entérico únicamente tenía fines digestivos y de absorción de los nutrientes. Sin embargo, hoy sabemos que el "segundo cerebro" está en estrecha relación con el primero, y contribuye a determinar nuestro estado mental e incluso puede desencadenar síntomas específicos. Eso explicaría el cosquilleo en el estómago que percibimos en situaciones de ansiedad o que algunas personas traduzcan dicha ansiedad en problemas como estreñimiento o diarrea. Varios estudios apuntan al hecho de que parte de nuestras emociones están vehiculizadas por el tejido nervioso entérico. Curiosamente, de nuevo, varias expresiones populares hacen referencia a esta relación desde antaño.




Fuente: LaVanguardia.es
Autor: Albert Figueras. Medico




canales adventistas / online




¿Soy adicto al sexo?



- El 6% de la población sufre un trastorno de hipersexualidad
- El tratamiento combina la terapia cognitiva con fármacos y asesoramiento sexológico
- Los afectados dedican cada vez más tiempo a planear sus encuentros sexuales

¿Existe la adicción al sexo o no es un problema real? Lo que hasta ahora era para muchos un mito o un cuento chino, la excusa perfecta en la que se escudaban famosos como el actor Michael Douglas o el golfista Tiger Woods para justificar sus infidelidades, es, desde este mes, una enfermedad reconocida por la literatura científica. La nueva edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM 5)1, la 'biblia' de la siquiatría mundial, ha incluido por primera vez en sus páginas la adicción al sexo, a la que denomina clínicamente como trastorno de la hipersexualidad2, y da las claves para identificarla.

Un reconocimiento que llevaban mucho tiempo esperando los afectados por este problema -aproximadamente un 6% de la población, según la cifra que manejan los sexólogos- que saben desde hace años que su adicción no es un invento, que la vergüenza que se dan a sí mismos por la búsqueda insaciable de placer, de tratar de satisfacer rápidamente sus continuos deseos a través de una conducta reprochable ante los ojos de la mayoría y los suyos propios, no es algo imaginario.

Lo que establece el manual psiquiátrico es que "se trata de un trastorno obsesivo compulsivo"3. Quienes lo padecen no pueden controlar sus pensamientos ni sus actos repetitivos", explica a ELMUNDO.es el psiquiatra Luis Rojas Marcos, afincado en Nueva York. "Cualquier tipo de obsesión que interfiera en la capacidad de la persona para llevar una vida normal, que le perjudique en sus relaciones personales y laborales, es una patología. En este caso la obsesión se canaliza a través del sexo de forma tan intensa que el propio afectado es consciente de que tiene un problema", añade este experto.

Esta definición de la hipersexualidad da la razón al doctor Patrick Carnes, uno de los mayores defensores de la adicción sexual como problema, que siempre ha mantenido que "al igual que un alcohólico es incapaz de dejar de beber, estas personas son incapaces de parar su comportamiento sexual autodestructivo". Propietario de la clínica Pine Grove Behavioural Centre de Misisipí (EEUU), donde Tiger Woods se está sometiendo a una terapia para curar su adicción y redimir sus pecados, Carnes afirma que "los sexoadictos pueden provenir de todas las clases sociales. Afecta tanto a políticos y empresarios como a los trabajadores de una fábrica".

Y no es algo solamente masculino. "También se da en las mujeres y acuden a consulta por ello, aunque en menor proporción que los varones", reconoce la doctora Rosario Castaño, psicóloga clínica y sexóloga del Instituto Palacios.

A pesar de su inclusión en el DSM 5, sigue sin haber consenso sobre el tema en la profesión. "Respecto a la adicción al sexo hay mucha más especulación que ciencia", confirma Rosa Abenoza, sexóloga del Instituto de Medicina Sexual. "Es muy difícil determinar cuánto es demasiado, cuándo una vida sexual muy activa puede considerarse una adicción", explica Iván Rotella, de la Asociación Española de Profesionales de Sexología. Opinión que comparte Vicent Bataller, del Instituto Valenciano de Sexología y Psicoterapia Analítica. "En cuestión de sexo, no hay límites. Si tienes muchas relaciones, pero te sientes bien contigo mismo y no sufres por ello, no hay problema", argumenta.

"Se trata de uno de los trastornos psiquiátricos más serios pero más olvidados", recoge el manual de referencia. Hace 200 años que la literatura médica habla de casos de sexoadictos. Según Rojas Marcos, "esto ha existido siempre, lo que ocurre es que hoy en día hay menos tabú al respecto".

Los síntomas

¿Cómo se distingue a un adicto al sexo? Aunque cada caso es particular, tienen características comunes. Necesitan satisfacer sus deseos carnales más que cualquier otra cosa, aunque después se sienten mal. Para dar rienda suelta a sus fantasías no dudan en masturbarse de forma compulsiva y consumir mucha pornografía -en revistas, televisión o internet-. Son promiscuos y aficionados a los encuentros de una sola noche, ya sea con personas a las que conocen en algún local o bien recurriendo a la prostitución. Y, en muchas ocasiones, no se protegen, por lo que tienen más riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual y de provocar un embarazo no deseado.

El exhibicionismo y el voyeurismo son otras de las aficiones de estos pacientes que, en último extremo, pueden incluso llegar a cometer una violación, aunque son los menos. Todas estas conductas tienen consecuencias negativas para el afectado, que van desde un divorcio hasta la pérdida del trabajo.

Existen algunos test para facilitar el diagnóstico. El manual psiquiátrico incluye uno, pero antes la prueba de referencia era el SAST (Test de la Adicción Sexual)4, una herramienta desarrollada por un consorcio de hospitales, terapeutas y voluntarios consistente en 45 preguntas para responder sí o no. Entre ellas figuran: ¿Tienen tus padres problemas con el sexo y la sexualidad? ¿Te ha creado tu actitud sexual algún problema familiar? ¿Ocultas a los demás tus actos sexuales? ¿Crees que controlas tu deseo? ¿Es el sexo lo más importante de tu vida? ¿Has utilizado internet para buscar citas? ¿Has pagado para tener sexo?, ¿Has mantenido varias relaciones amorosas al tiempo? ¿Después de una relación, reniegas del sexo algunos meses?

El tratamiento

Una vez reconocido el trastorno, que es el primer paso para curarlo, hay que buscar ayuda. Existen múltiples opciones, desde los centros privados y carísimos que abundan en Estados Unidos, la alternativa preferida por los famosos, hasta las asociaciones que dan apoyo de forma gratuita. Es el caso de Sexólicos Anónimos o Sexoadictos Anónimos (su homóloga en EEUU), creadas a imagen y semejanza de Alcohólicos Anónimos. "No hay cuotas ni honorarios. No fijamos un número fijo de personas que pueden acudir a las reuniones ni distinguimos por género. Tampoco analizamos las causas personales de la adicción. Lo único que ofrecemos es el programa de recuperación de los 12 pasos, el mismo que se emplea para dejar la bebida", explican a desde esta última, que se fundó en 1977.

¿En qué consiste el tratamiento? Aunque cada maestrillo tiene su librillo, lo más común es combinar la terapia cognitiva conductual, tanto individual como en grupo, para ayudar al paciente a controlar sus impulsos, con el asesoramiento sexológico y algunos fármacos, como los parches antitestosterona o pastillas para calmar la ansiedad.

No obstante, los especialistas admiten que todavía se conoce muy poco sobre cómo el cerebro reacciona ante un trastorno de hipersexualidad. "Parece que hay estudios neurobiológicos que apuntan a que podría haber algún tipo de disfunción de los neurotransmisores -dopamina y del sistema opiáceo- que daría lugar a algún tipo de síndrome de la recompensa insuficiente", indica la doctora Abenoza. Pero tal y como recuerda, se trata de un campo "históricamente controvertido", en el que apenas se está empezando a investigar.




Fuente: ElMundo.es
Autor: Isabel F. Lantigua / Madrid
Referencias: 1. Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders 2. 'hypersexuality' 3. obsessive compulsive disorder 4. Auto Diagnóstico para la Adicción al Sexo, este es un test basico para calcular la severidad del problema de adicción sexual, ver en Adicciones.org 

Pensar en Dios baja el estrés a los creyentes y lo sube a los ateos


Ayuda a los creyentes a reducir la respuesta emocional ante errores cometidos, pero tiene el efecto contrario en ateos.

Pensar en Dios puede ayudar a las personas religiosas a sentirse menos alteradas cuando comenten errores, pero tiene justo el efecto contrario en las personas ateas. Esto es lo que revela un estudio en el que se analizó la actividad neuronal de un área concreta del cerebro (la corteza cingulada anterior o ACC) como respuesta a errores cometidos. Este área estaría vinculada a los estados de atención o de alerta cuando algo va mal.

Pensar en Dios puede ayudar a las personas religiosas a sentirse menos alteradas cuando comenten errores, pero puede tener justo el efecto contrario en las personas ateas.

Esto es lo que revela un estudio reciente realizado por científicos de la Universidad de Toronto Scarborough, en Canadá, y cuyos resultados han aparecido publicados en la revista Psychological Science, editada por la Association for Psychological Science (APS), de Estados Unidos.

Comprender los efectos de la fe

Michael Inzlicht, investigador de la Universidad de Toronto Scarborough y uno de los autores del presente estudio, explica en un comunicado de dicha universidad que, dado que el 85% de la población mundial tiene algún tipo de creencia religiosa, para los psicólogos resulta importante comprender porqué la gente tiene estas creencias, explorar las funciones de la fe y, en definitiva, comprender para qué sirve.

Según los investigadores, la religión suele relacionarse con la posibilidad de darle una significación y un orden al mundo, pero aún no está claro si las creencias religiosas pueden realmente ayudar a las personas a sentir menos ansiedad y estrés.

Con la intención de aclarar estas cuestiones sobre religión y bienestar humano, los investigadores de la Universidad de Toronto realizaron ya en 2009 un estudio en el que analizaron la actividad de la amígdala cingulada anterior del cerebro en función de la religiosidad de los participantes.

En la presente investigación, los psicólogos han medido un tipo de ondas cerebrales relacionadas con las respuestas humanas de defensa ante errores (las señales de negatividad relacionada con error o error-related negativity (ERN), mientras los participantes en el estudio cometían fallos en una prueba.

De esta forma, pudo constatarse que aquellas personas que habían sido preparadas con pensamientos religiosos antes del test presentaron respuestas cerebrales menos acusadas ante sus propios errores que las personas que no habían sido condicionadas de esta manera previamente.

Estas respuestas neuronales menos acusadas permitieron a los participantes afrontar los contratiempos sin perder su equilibrio, y reaccionar con menos ansiedad a sus propios fallos, afirman los científicos.


Influencia consciente e inconsciente

En su experimento, los psicólogos pidieron a los participantes que escribieran sobre religión y, también, que realizaran una tarea de palabras revueltas, en la que se incluían términos relacionados con Dios.

Posteriormente, los investigadores registraron la actividad cerebral de los participantes, mientras éstos completaban una tarea informatizada, escogida porque proporcionaba una alta tasa de errores.

Los resultados de los registros demostraron que cuando se imprimía en la gente ideas sobre religión y Dios, consciente (escribir sobre Dios) o inconscientemente (tarea de palabras revueltas), su actividad cerebral al cometer errores se reducía en un área cerebral conocida como corteza cingulada anterior (ACC).
Este área del cerebro está asociada a diversas funciones, como la regulación de los estados de atención o de alerta cuando algo va mal, incluidos los fallos que cometemos.

Por ejemplo, un estudio realizado en 2005 por científicos de la Universidad de Washington en Saint Louis (Estados Unidos) demostró que la ACC advierte de los errores cometidos, antes incluso de que el sujeto haya tomado la decisión equivocada.

Por otro lado, la corteza cingulada anterior, que es la parte frontal de la corteza cingulada o córtex cingulado del cerebro, parece jugar un papel clave en la regulación de la presión sanguínea y de la frecuencia cardiaca, así como en otras funciones de tipo cognitivo racional, como la anticipación a la recompensa, la capacidad de tomar decisiones, la empatía o la emoción.

No reduce el estrés en ateos

Esta reducción de las señales neuronales procedentes de la corteza cingulada anterior no fue detectado, sin embargo, en el caso de los ateos, afirman los investigadores: cuando a éstos se les imprimieron de manera inconsciente ideas relacionadas con Dios, la corteza cingulada anterior de estos participantes incrementó su actividad en lugar de reducirla.

Los científicos sugieren que, para las personas religiosas, pensar en Dios puede suponer una forma de ordenación del mundo, que alivie la ansiedad que provoca la aparición de eventos aparentemente aleatorios en él. Por el contrario, para los ateos, los pensamientos sobre Dios pueden contradecir los esquemas de sentido con los que éstos viven, por lo que para ellos las ideas de Dios pueden ser una fuente de estrés.


Universos de sentido y salud

Inzlicht explica que: “pensar sobre Dios calma cuando se está bajo presión. Reduce el estrés que produce cometer errores. Creemos que este hecho puede ayudarnos a comprender algunos descubrimientos realmente interesantes sobre las personas que son religiosas. Aunque no sea de manera inequívoca, algunas evidencias sugieren que estas personas viven más y tienden a ser más felices y saludables”.

Una de estas evidencias la aportó un estudio realizado en 2006 con 192 personas por científicos del Departamento de Psicología del Albion College de Michigan (Estados Unidos), en el que se demostró que la religiosidad puede generar actitudes de satisfacción vital.

Por otro lado, un estudio realizado también en 2006 por científicos del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh (UPMC) reveló que el aumento de la esperanza de vida que se deriva de una actividad religiosa semanal es comparable a los beneficios que genera para la salud el ejercicio físico regular o el consumo de medicamentos para reducir el colesterol.

Inzlicht señala, sin embargo, que los ateos pueden proporcionarse el mismo efecto positivo que supone para los creyentes pensar en Dios, simplemente reflexionando sobre su propio sistema de creencias. Según el científico: “creemos que esto puede ocurrir (la reducción del estrés) con cualquier universo de sentido que proporcione una estructura y ayude a la gente a comprender su mundo”.




Fuente: Tendencias21.com
Autor: Yaiza Martínez

Infoxicación: atentos a todo... y a nada. 


'E-mails', redes sociales, el móvil... Recibimos una sobredosis de información que no es fácil procesar. La 'infoxicación' empeora la capacidad analítica, aumenta la ansiedad y conduce a decisiones erróneasRecuerden cuando el mundo era (un poco) más tranquilo. Solo había un par de canales de televisión. Las cartas postales cuidadosamente manuscritas tardaban días o semanas en ir de una mano a otra. Los periódicos contaban lo que había pasado ayer. Y a los amigos los veíamos de tarde en tarde alrededor de la mesa de algún bar. Ahora, en cambio, vivimos en mitad de una avalancha. El acelerón de la tecnología ha provocado que la información nos bombardeé a discreción, sin piedad y en todas direcciones, y que el contacto con el prójimo se haga constante e instantáneo gracias al teléfono móvil, el e-mail y las redes sociales. Si antes mirábamos el mundo a través de la ventana, ahora miles de ventanas que se abren simultáneas y meten el mundo en nuestro ordenador. Esta nueva forma de existencia, hiperconectada e instantánea, tiene sus ventajas, claro está, pero también sus desventajas. El estrés, la ansiedad informativa, la confusión, la superficialidad o la falta de atención son algunos de ellos. "Infoxicación" lo llama el físico Alfons Cornellá, fundador de la consultora sobre nuevas tendencias Infonomía, "un neologismo que mezcla la información y la intoxicación. Se produce cuando la información recibida es mucho mayor que la que somos capaces de procesar, con consecuencias negativas".

"En el momento en que aun no has acabado de digerir algo, ya te está llegando otra cosa", dice Cornellá, "la entrada constante de información, en un mundo always on (siempre encendido), te lleva a no tratar ninguna información en profundidad. Cuando la información es demasiada todo es lectura interruptus. El fenómeno se desboca cuando todos pasamos a ser productores de información, y cuando los instrumentos para producirla son mejores que los instrumentos para organizarla y buscarla. Todos sabemos usar un procesador de texto, pero pocos saben buscar información de calidad con criterio". En efecto, hoy día la actividad es frenética: "Se calcula que entre el nacimiento de la escritura y el año 2003 se crearon cinco exaby­tes (billones de megabytes de información). Pues bien, esa cantidad de información se crea ahora cada dos días", informa el especialista en redes David de Ugarte. "La posibilidad de emitir información codificada se ha ido democratizando: primero como escritura, luego como imagen, etcétera. Piensa cuánta gente podía escribir un texto a principios del siglo XIX, o cuanta hacer una foto a principios del XX... Y compáralo con hoy".

Una información que, además, salta de un lugar a otro como pulgas en una sábana: en España se envían 563 millones de correos al día, según la consultora Contactlab, y cada español recibe, de media, unos 23 correos diarios que debe gestionar (en algunos casos llegan a cientos), y que ahora, además de en el ordenador, también recibimos en nuestros smart­phones (teléfonos inteligentes). Y eso sin contar lo que se cuela a través de redes sociales como Facebook y Twitter. Según la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC), el 37% de los españoles se conecta entre 10 y 30 horas semanales. El 9% lo hace más de sesenta horas. Cada vez pasamos más tiempo en este mundo de los unos y ceros y menos en el de la carne y los huesos: "Las horas dedicadas diariamente al uso de aparatos electrónicos prácticamente se ha duplicado desde 1987, mientas que la interacción cara a cara caía desde unas seis horas a poco más de dos", según explica José Antonio Redondo en su libro sobre redes sociales Socialnets (Península).

Y todo esto cansa a la mente. El psicólogo David Lewis creó el concepto de Síndrome de Fatiga Informativa (information fatigue syndrome), en su informe Dying for information? (¿Muriendo por la información?) elaborado para la agencia Reuters. Se da en personas que tienen que lidiar con toneladas de información procedente de libros, periódicos, faxes, correos electrónicos, etcétera, y que, según Lewis, provoca la parálisis de la capacidad analítica, ansiedad y dudas, y conduce a malas decisiones y conclusiones erróneas. Dos tercios de los 1.300 profesionales entrevistados por Reuters achacaron al estrés producido por manejar altos flujos de información daños en sus relaciones personales, baja satisfacción laboral y tensión con sus colegas. "El exceso es más perjudicial que provechoso", opina Jorge Franganillo, profesor de Información y Documentación de la Universidad de Barcelona.

"Durante siglos hemos asociado más información a más libertad. Sin embargo, hoy día, no por tener más donde elegir tenemos más libertad ni estamos más satisfechos. La información es imprescindible en la vida moderna, pero en exceso es asfixiante y resulta difícil de procesar. Al final, más es menos". Nos puede incluso hacer menos productivos, como observó el psicólogo británico Amir Khaki, de AK Consulting, estudiando el comportamiento de un grupo de ejecutivos: la consulta continua de la BlackBerry aumenta el estrés y reduce la productividad. Uno de los sujetos del estudio tardaba el triple de tiempo en rellenar impresos comunes por la constante distracción de su teléfono inteligente. "La presión que provoca la sobrecarga informativa retrasa decisiones importantes o hace que se tomen medidas sin la suficiente reflexión. Y causa también una fricción informativa que dispersa la atención y aumenta la fatiga. La energía física e intelectual que consumimos para obtener la información correcta se desperdicia si no hacemos algo útil con ella", dice Franganillo. Y, por mucho tiempo que invirtamos, siempre tenemos la impresión de que se nos está escapando algo. "Esta sobreabundancia hace que pocos elementos de entre todo ese mar resalten y queden fijados a nuestra memoria, que hoy se encuentra medio perdida al no poder atar datos con situaciones y lugares concretos.Muchas cosas pasan desapercibidas, miradas sin ser vista", dice Roberto Balaguer, psicólogo especialista en Internet.

Superficialidad

La superficialidad es otra de las posibles consecuencias del maremagno actual, como señala el autor Nicholas Carr en su libro Superficiales. ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes? (Taurus), de reciente aparición. Carr, licenciado en Literatura, advirtió que su capacidad de concentración en la lectura de textos largos era cada vez menor. La causa: su actividad multitarea, atento a la vez a la web, el Twitter, el teléfono, el Skype, el Facebook... "Internet nos incita a buscar lo breve y lo rápido y nos aleja de la posibilidad de concentrarnos en una sola cosa", declaró en una entrevista a Bárbara Celis en EL PAÍS. "La multitarea, instigada por el uso de Internet, nos aleja de formas de pensamiento que requieren reflexión y contemplación, nos convierte en seres más eficientes procesando información pero menos capaces para profundizar en esa información y al hacerlo no solo nos deshumanizan un poco sino que nos uniformizan". Por supuesto, Carr cerró sus perfiles en las redes sociales.

No todos son tan pesimistas. "Mi hijo juega mucho al Call of Duty (un frenético videojuego bélico). Puedo pensar que está perdiendo el tiempo, o incluso que está enganchado, o pensar que se está preparando para un nuevo mundo donde los estímulos serán mayores, y la información más cambiante. El mundo que viene probablemente sea más parecido a Call of Duty que a Guerra y paz", opina Xabier Carbonell, profesor de Psicología en la Universidad Ramón Llull. "No creo que sea un problema, sino cuestión de aprendizaje. Fíjate, mi madre me decía '¿cómo puedes estudiar con la radio puesta?'. Y compáralo con todo lo que hay ahora... La tecnología está produciendo un cambio cognitivo importante". Cada vez somos más multitarea y esto es irreversible. "Son las habilidades que, por otro lado, cada vez valora más el mercado laboral: empleados que tengan esa habilidad de gestionar en contextos de saturación de información", coincide Fernando Garrido, del Observatorio para la Cibersociedad. ¿Cómo gestionar esta cantidad ingente de información? La respuesta es obvia: tomándonoslo con calma. Desconectándonos un rato: apagar el ordenador, la televisión, silenciar el teléfono.

Ahondar en el trato humano y pausado. Adoptar un hobby alejado de los gadgets tecnológicos. Salir a la calle. "Algunos médicos han indicado las siestas como una manera de contrarrestar la neblina digital de la sobreinformación", sugiere Balaguer. "No dedicarse a leer y contestar el correo en cualquier momento, sino solo a determinadas horas de la jornada laboral, de manera que sea una parte de tu agenda y no te interrumpa constantemente", recomienda Redondo. Y eligiendo solo lo provechoso. "La avalancha de información que se puede gestionar mejor si establecemos prioridades. Hemos de tener claro qué temas nos interesan, centrar la atención en pocas áreas y procurar que sean lo bastante concretas. No se puede pretender estar al día de muchos temas o de temas demasiado amplios: ya en 1550 el teólogo Juan Calvino se quejaba de que había tantos libros que ni siquiera tenía tiempo de leer los títulos", dice Franganillo. Como apunta Cornellá: "Hay que escoger muy bien las fuentes de información. Dedicar parte del mejor tiempo del día a la información de calidad. Cuanta más de esta manejas, más capaz eres de discriminar que lo que tienes delante es pura basura. La buena información, la relevante, desinfoxica".




Fuente: ElPais.com
Autor: Sergio Fanjul



El estilo de vida puede ser la causa de casi 50% de casos de cáncer




Casi la mitad de los casos de cáncer que se diagnostican cada año en Reino Unido – más de 130.000 en total – son provocados por decisiones personales relacionadas con el tabaco, el consumo de alcohol y la mala dieta, indica un informe.

El tabaco es el mayor culpable, causando el 23% de los casos en hombres y el 15,6% en las mujeres señala el estudio de Cancer Research UK.

Después le sigue una falta de frutas frescas y vegetales en las dietas de los hombres y el sobrepeso en las mujeres.

El informe aparece publicado en el British Journal of Cancer.

Sus autores aseguran que se trata del análisis más exhaustivo sobre el tema hasta la fecha, el profesor Max Parkin, principal responsable del estudio, dijo que "muchas personas creen que el cáncer se debe al destino o está 'en los genes' y que es cuestión de azar si se llega a padecer".

"Al mirar las pruebas, está claro que cerca del 40% de todos los tipos de cáncer son provocados por cosas que, en la mayoría de los casos, tenemos el poder de cambiar".


Factores de peso

Para los hombres la mejor recomendación parece ser: dejar de fumar, comer más frutas y vegetales y reducir el consumo de alcohol.

En el caso de las mujeres, el informe dice que el mejor consejo es dejar el cigarrillo, pero también evitar el sobrepeso.

"No esperábamos encontrar que comer frutas y vegetales resultase tan importante en proteger a los hombres contra el cáncer. Entre las mujeres no esperábamos que tener sobrepeso representara un factor de mayor riesgo que el alcohol", señaló el profesor Parkin.

En total 14 factores de estilo de vida y del ambiente, tales como el lugar donde uno vive y el trabajo que desempeña, se combinan para provocar 134.000 casos de cáncer en Reino Unido anualmente.

Cerca de 100.000 casos (el 34%) de cáncer están relacionados con el tabaco, la dieta, el alcohol y el sobrepeso.

Uno en 25 casos está vinculado al trabajo de una persona, como por ejemplo estar expuesto a productos químicos o asbestos.

Algunos de los factores de riesgo están bien comprobados, como el vínculo del cigarrillo con el cáncer de pulmón.

Sin embargo, otros son menos reconocidos.

Por ejemplo para el caso de cáncer de mama, cerca de una décima parte del riesgo tiene su origen en tener sobrepeso o estar obesa, superando el impacto de otros factores como amamantar o beber alcohol.

Y en cuanto al cáncer en el esófago o en la garganta, el 50% del riesgo proviene de comer muy pocas frutas y vegetales, mientras que sólo una quinta parte del riesgo se relaciona con el alcohol, indica el informe.

En el cáncer de estómago, un quinta parte del riesgo se debe al uso excesivo de sal en la dieta.

Algunos tipos de cáncer, como el de boca o el de garganta, están provocados casi en su totalidad por decisiones relacionadas con el tipo de vida que lleva la persona.

No obstante, otros como el de vesícula biliar no tienen que ver principalmente con el estilo de vida.


Abrumadora evidencia

Los investigadores basaron sus cálculos en las cifras pronosticadas para caso de 18 tipos diferentes de cáncer en 2010, utilizando índices de cifras en Reino Unidos para un período de 15 años comprendido entre 1993 y 2007.

En los hombres el 6,1% (9.600) de casos se vinculó a la falta de frutas y vegetales, 4,9% (7.800) al tipo de trabajo, 4,6% (7.300) al alcohol, 4,1% (6.500) al sobrepeso y la obesidad y 3,5% (5.500) a la excesiva exposición del sol y uso de camas solares.

En las mujeres, el 6,9% (10.800) se vinculó al sobrepeso y la obesidad, 3,7% (5.800) a infecciones como el HPV (que causa la mayoría de casos de cáncer cervical), 3,6% (5.600) a la excesiva exposición al sol y a las camas solares, 3,4% (5.300) a la falta de frutas y vegetales y 3,3% (5.100) al alcohol.

La doctora Rachel Thompson, del World Cancer Research Fund, señaló que el informe se suma a la "ahora abrumadoramente fuerte evidencia de que nuestro riesgo de padecer cáncer se ve afectado por nuestro estilo de vida".

El doctor Harpal Humar, director ejecutivo de Cancer Research UK, señaló que llevar un estilo de vida saludable no garantiza que una persona no vaya a tener cáncer, pero el estudió mostró que "podemos aumentar significativamente las probabilidades a nuestro favor".

"Si hay cosas que podemos hacer para reducir nuestro riesgo de padecer cáncer, deberíamos tratar de hacer todo lo que esté a nuestro alcance".






Fuente: BBC Mundo
Autor: Michelle Roberts / BBC Salud

lunes, 29 de septiembre de 2014

     VERDADES EN 2 MINUTOS !!!




























¿Cómo reaccionar ante un berrinche?


berrinche

¿Cómo reaccionar ante un berrinche?

Siempre es polémico este tema, debido al castigo físico, hay países donde esta prohibido, pero tratemos de abrir nuestro entendimiento y pedirle a Dios que nos ayude a guiar a nuestros hijos por el camino correcto, sin golpes, sin palabras hirientes, pero que cuando tenga que aplicar un castigo corporal, sea inteligente y lo aplique con amor.
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1. Este artículo en especial, me llama mucho la atención, puesto que soy un Nuevo Papá, tengo un Bebé de tan sólo un mes de nacido. También quisiera saber si a esta edad los bebés hacen “berrinches”, porque puede ser que se les pueda disciplinar a temprana edad. Kevin

Esta pregunta me la han hecho varios papás primerizos, y agradezco que abran su corazón.
Los bebés lloran por necesidad, porque NO pueden decir que tienen, y para eso estamos los papás, para descubrir que les esta pasando, por lo que no son berrinches, para nada.
Tenemos hospitales llenos de bebés golpeados porque sus papás y mamás no les entendieron y se desesperaron.
En el caso de los bebés menos de 1 año, NO aplica para nada el castigo corporal, porque la manera de comunicarse es con el llanto. Nosotros somos los que debemos aprender a reconocer los diferentes llantos que tienen.
Tengo un bebé de 7 meses, y cuando leí el libro El método de Brazelton El Llanto, me parecía todo tan confuso, pues estaba embarazada en ese instante, pero cuando nació mi bebé, pude entenderlo claramente.  UNo como papá o mamá, puede y debe entender los diferentes tipos de llanto del bebé, cuando me dice que tiene hambre, sueño, cólico, esta aburrido o se siente mal.
Así que nunca castigue a su bebé porque usted cree que tiene un berrinche, cuando esta tratando de comunicarse con sus papás.
Todo lo contrario en niños de 1 año en adelante, que es cuando empiezan a probarnos para ver hasta dónde puede llegar, y usted puede identificar claramente el berrinche.
Le dejó este video, saque sus conclusiones.
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2. Bueno la verdad yo no tengo hijos eso yo los voy a tener cuando me case dentro de 10 años mas o menos por que tengo 14….. En este caso yo si hago berrinches y muchos.
Pero los papas son los que te ayudan y te dan consejos para que ya no los hagas y yo no los escucho yo no escucho sus consejos en veces si..  Pero hay en veces en que ellos me dan consejos y tratan de ayudarme pero me lo dicen a cada rato y me desesperan por eso me enojo porque no me tienen paciencia y si estan leyendo esto quiero que me entiendan ok ay si……… jeje bueno eso es todo lo que les voy a decir………. ¡no hagan berrinches! como yo jeje.
Isania.

Es interesante el comentario de una adolescente de 14 años, sobretodo nos da un excelente ejemplo de lo que no debemos hacer como papás.  Hablamos hasta el cansancio, creyendo que nuestros hijos (as) van a hacer las cosas o a no hacerlas porque hablamos y hablamos hasta que los desesperamos.  ¿Cómo no van a hacer un berrinche, si los llevamos al punto de la desesperación?
Necesitamos ser muy inteligentes a la hora de hablar con ellos, no queremos robots, que no piensan ni toman decisiones, entonces ayudémosle sabiamente sin presionar.
Analice el por qué no te está escuchando y sobretodo escúchalos y respétalos.
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3. Hola! Tengo una niña de 5 y un niño de 4 realmente me siento frustrada con el niño es muy berrinchudo y no llora, Grita.  No sé que hacer? Julisa.

Hay un etapa en los niños de entre 3 y 5 años, en que todo lo quieren llorando o gritando.  En el caso cuando hay un hermano mayor y tan cercano se agudiza aún más.  Es muy importante sacar tiempo para cada hijo individualmente, y hablar y escucharle para saber que es lo que están sintiendo.
Aquí el trabajo se debe realizar desde la casa primero, decirle que gritando no va a obtener nada, y poner consecuencias, y si no funcionan, definitivamente vamos a tener que utilizar lo que muchos llaman la vara de la corrección, pero por supuesto sin excederse.  En el castigo físico  pesa  más la actitud que el dolor.  Es decir, sabes a mi no me gusta pegarte, pero cómo no quieres obedecer sin una nalgadita, voy a tener que darte una.  Y dar una nalgadita, ojo, no una paliza, algo simbólico, tratar de sentarlo en un sofá o silla y decirle necesito que pienses en lo que pasó, por supuesto que va a pegar más gritos, dale unos 3  o 4 minutos dependiendo de la edad, y vete a tranquilizar, porque no hay nada peor que pegar con ira.
Piensa también tu, si merecía el castigo  y respira para tranquilizarte, pues esto nos agita y enfurece.   Luego vé donde tu pequeño, y dile que necesitan conversar.
Dile que no te gusta pegarle, que a ti te duele mucho en tu corazón, pero que cuando no obedece con palabras llega el momento en que necesitas darle un castigo más fuerte.  Explícale que lo amas, y porque lo amas lo castigas, pero que de él depende que tu le pegues o no, que si puede obedecer cuando le hablas, todo va a ser más fácil, y ahora a abrazarlo y darle un beso.
Esto lo use con mi hijo que ahora tiene 8 años, pocas veces tuvimos que pegarle cuando estaba en esta etapa, y hoy en día no usamos para nada el castigo físico, sólo hablamos con él y le explicamos que todo tiene consecuencias.
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4. Gracias por esta reflexion porque tengo una niña de 2 años y me colma la paciencia porque quiere que hagan lo que ella diga y como mi carácter es muy fuerte pierdo el control pero doy gracias a dios que he cambiado un poco y le sigo pidiendo fortaleza,voluntad y paciencia para ser semejante a él. Jessika

Es muy fácil de comprender que los niños hereden el carácter de los papás, y este caso es un ejemplo.  La niña de Jessika es un mini clon de su madre, esta repitiendo el patrón de la mamá.
Siempre heredamos de nuestros padres o aprendemos repitiendo conductas, entonces necesitamos analizar qué estamos haciendo equivocadamente en casa, para que la niña o el niño sea así.
Es fuerte decirlo, pero soy fiel creedora de que los niños son lo que son por los papás, y es que ellos todo lo aprenden por imitación, hablar, caminar, comer solos, jugar a la bola, todo lo aprenden imitando a otros, entonces también lo negativo lo van a prender.  En el caso de Jessika, va a tener que enseñarle con el ejemplo a su niñita, a controlar el carácter y me atrevo a decir que es muy probable que el papá o mamá de Jessika también son de carácter fuerte.  Así que a cambiar para que ellos imiten lo bueno de nosotros.
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5.   Mi pregunta es que pasa si a pesar de poner los tiempos fuera y las charlas al nivel de hijo (pues lo he hecho) y continúa con sus pataletas y además me amenaza con comprar otra mamá y que yo compre otro hijo?,  he pensado en utilizar la vara de corrección en las pompas como algunos Pastores recomiendan, pero siento horrible en mi corazón y me resisto. Edith
Creo que la corrección sin ira y con amor es válida, sobre todo antes de que el niño cumpla 6-7 años. La Palabra me autoriza (es más, me aconseja) a usar la vara. Por supuesto que recalco lo anterior, SIN IRA. Yo tengo 2 hijas, una de 10 y otra de 8. La menor tiene Sindrome de Down, y a ambas las he corregido con vara. Hoy ya no la uso con la mayor y con la menor estoy en el proceso de dejar de usarla, pero saben, ya no la uso porque no la necesito…ya han aprendido a entender y obeceder al conversar con ellas…no teman corregir, porque cuando sus hijos sean grandes se lo agradecerán.
Alejandro

La Biblia nos dice en Proverbios. 19:18, Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza; Mas no se apresure tu alma para destruirlo.
Ya este niño probó y sigue probando a su mamá, poquito a poco a cruzado el límite del respeto. Y si no se actúa ahorita, luego va a ser muy tarde.
Repito, que mientras se pueda evitar el castigo físico se haga, pero cuando no hay más remedio en niños pequeños, se debe aplicar. ¿Por qué en niños pequeños?, porque son como moldes, pero cuando ya son grandes, un castigo físico es contraproducente.
Cuando castigo a mi niño (hasta unos 7 años) con una nalgadita, voy a tener resultados positivos, si aplico bien el castigo y no dejo que la ira actué por mi, para que cuando sea mas grande, con hablar se llegué a soluciones. Pero a niños grandes, lo que genero es ira, enojo, odio hacia nosotros.  Este tema es complicado, y no debería serlo si desde pequeños hemos corregido  a los niños, pero cuando entran a la pre-adolescencia y adolescencia , y ahí es cuando decidimos empezar, es cuando creamos una barrera entre hijos y padres, y vienen las gritos dessesperados de padres, sobre que hacer con mi hijo (a).
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6. A veces me he preguntado si no hemos sido demasiados duros, queda un poco de culpa cuando no actuamos “a favor” de ellos. Fabiana.

Y siempre nos debemos preguntar esta frase, porque cuando llegamos a pensar, ¡qué bueno se lo merecía!, ya estamos actuando con el hígado y no con la razón y con el corazón.
El castigo, sea cual sea, debe dolerle al hijo como al padre o madre, necesitamos tener esa espinita, pero ser concisos y constantes. Si no duele quitarle algo que le guste entonces NO es castigo, pero debemos ser misericordiosos con ellos, y no aplicar un castigo que lo va a marcar emocionalmente. Seamos inteligentes, actuemos sabiamente y sobretodo pidiendo siempre la dirección de Dios.
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7.  Es muy cierto lo que se comenta en el articulo, los niños son muy inteligentes y actúan con el berrinche para saber hasta donde pueden llegar, es importante saber actuar ante estos berrinches de una manera inteligente sin llegar a los golpes, a mi me ha funcionado lo siguiente hablo con ellos y llegamos a un acuerdo si se le puede o no dar lo que solicita. Miguel

Esta probado no sólo por mi persona, sino por muchos padres que sacan tiempo y paciencia para sus hijos.  Es difícil llegar a acuerdos con los niños, porque de niños y aún muchos adultos todo lo quieren ya!.  Pero la misma palabra lo dice en 1 Corintios 10:23  Todo me es lícito, pero no todo me conviene: todo me es lícito, más no todo edifica.
Queremos que nuestros hijos tengan todo y no pasen necesidad, pero no todo es bueno, y ellos deben aprenderlo, hay veces que sí podemos pero hay otras que aunque podamos NO debemos hacerlo.
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8.  Tengo una niña de 10 años, una de 14 y dos varones uno de 3 y otro de 6 la de diez  siempre ha tenido un carácter diferente a los demás es muy alterada le cuesta recibir órdenes y ahora que es más grande contesta agresivamente o se da vuelta y habla en vos baja diciendo malas palabras hacia el que la reta sea mamá, papá, abuelos , tíos ya no se que manera tratar si la tratamos bien, nos toma el pelo y enseguida trata de negociar algo caro por ej. un juguete y si no se lo damos volvemos a lo mismo , si le suspendemos la compu o el tele es como que no le afectara, en el colegio cambio su conducta ese año va de diez pero no sus calificaciones no quiere estudiar, me gustaria que me aconsejen. Esther

Todos los hijos son diferentes, y cómo comentaba más arriba, son imitadores de…,  es importante saber a quién esta imitando la niña, porque la conducta que esta teniendo es aprendida, así que hay que buscar el origen, a quién ve haciendo esto para que ello lo haga.
Luego, el tiempo dedicado a cada hijo es de suma importancia, y sobretodo con el que tenemos más problemas , empezar a hablar pero más que hablarle a escuchar cuales son sus quejas. Casi siempre podemos solucionar estos conflictos cuando nos involucramos más con los niños, muchas veces solo lo hacen para llamar nuestra atención, aunque sea de regaños, pero quieren sentir que los toman en cuenta.
Y lo más importante en niños de 10 a 12 años, que están pasando de la etapa de la niñez a la adolescencia, saber que ni ellos mismos se entienden.  Lo mejor que podemos hacer por nuestros hijos en esta etapa, es primero que nada documentarnos sobre los cambios que van o están experimentando, busque libros e infórmese, aunque tenga más hijos grandes y que no han dado problemas, NO TODOS LOS HIJOS SON IGUALES, recuérdelo, y sobretodo ESCÚCHELOS, no se alarme ante lo que puedan contarle para que tengan la suficiente confianza de acercarse a usted a pesar de…
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9.  Me gusta, pero ¿qué hago si donde estoy es haciendo una diligencia muy importante que no puedo dejar pasar el turno y no me puedo ir? Alma.

Siempre que vayamos a salir con los hijos (sea de la edad que sea), ocupamos ir preparados.
1. Si yo sé que voy a hacer filas, ¿para qué lo llevo?.  Trató de buscar a alguién que me lo cuide o que me acompañe para que este pendiente de las necesidades de él o ella.  O hago las diligencias mientras está en la escuela.
2.  Nunca salga de casa con un hijo hambriento, aunque vaya a comer a otro lado, usted como adulto puede aguantar, pero no haga aguantar a su hijo (a), dele una pequeña merienda antes de salir, porque entre el viaje y que llegué la comida va a pasar un buen rato, evítese inconvenientes.
3.  Si sé que se va a aburrir, vaya preparado, llévele juguetes, juegos, libros, lápices y siempre una meriendita.
4. Si voy de compras al super o tienda, debo hablar con él o ella antes y decirle qué voy a comprar y por supuesto que NO voy a comprar, en caso de que no le vaya a comprar nada, y que no quiere berrinches.
De nosotros como papás depende la conducta de nuestros hijos, de hasta donde lo permitamos y de la negligencia que cometamos, porque no preveer situaciones es negligencia nuestra.
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10.  Tengo una niña de 11 Años es una niña con un corazon hermoso, creo que en ocasiones me ha dolido mucho tener que utilizar la vara para poder corregir algún berrinche o actitud no permisible. A Dios Gracias solo han sido 2 veces (tengo ya más de 2 años que no la utilizó) y créanme me dolió muchísimo pero me ha funcionado muy bien; un día escuche la frace ” sin miedo y sin culpa” como padres cometemos muchos errores, pero creo que si lo hacemos sin miedo y sin culpa nos ayuda a tomar decisiones más acertivas. A lo mejor nuestros padres los cometieron, pero todo el crédito de ser perfecto se lo debemos dejar a nuestro padre Amado Dios, el siempre esta dispuesto a enseñarnos. Susana.


Me parece muy oportuno este mensaje, pues hay momentos en que se me va la paciencia con los mios y hasta muchas veces he recurrido al castigo físico, pero no sabes cuanto lo lamento luego, pues es verdad que a nosotros los padres nos duele más el castigo que damos a los hijos. Pero pormeto tener mas paciencia.
Isabel.

Esta frase es como una espada de dos filos, sin miedo y sin culpa.
Y es que no podemos disciplinar con miedo porque no lo hacemos, y esto le pasa a muchos papás, que de hablar y atemorizar no pasan, por miedo y luego viven en la culpa de que no lo hicieron, con la frase; si lo hubiera hecho. Pero qué de los padres que castigan sin pensarlo y se agarran de esta frase y pegan como dije anteriormente con el hígado.  De estos están llenos las cárceles.
Debemos ser muy sabios a la hora de castigar físicamente, y que nunca sea en el momento de cólera, pero tampoco dejar pasar las horas y pegar cuando ya están dormidos.  Sabiduría antetodo.

Y recordemos que no podemos tener hijos perfectos porque nosotros no somos perfectos, tratemos de pensar como niños y ponernos en sus zapatos
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El día de la reunión de padres las maestras de mi hijo nos leyeron esta reflexión, aquí se las dejó.
La Boleta de Calificaciones

Era miércoles, 8:00 am, llegué puntual a la escuela de mi hijo.  -No olviden venir a la reunión, es obligatoria- fue lo que la maestra había dicho un día antes.
Pues qué cree la maestra! ¿ Qué cree que podemos disponer del tiempo a la hora que ella diga? Si supiera qué importante era la reunión que tenía a las 8:30 am de esta dependía un buen negocio y ¡tuve que cancelarla!
Ahí estábamos todos, papás y mamás, la maestra empezó puntual. Agradeció nuestra presencia y empezó a hablar.
No recuerdo qué dijo, mi mente estaba pensando  cómo resolver lo de ese negocio, probablemente podríamos comprar esa nueva televisión con el dinero que recibiría.
-Juan Rodríguez!... escuché a lo lejos.  ¿No está el papá de Juan Rodríguez? dijo la maestra.
-Sí aquí estoy- contesté pasando a recibir la boleta de mi hijo.
Regresé a mi silla  y me dispuse a verla. ¿Para esto vine? ¿ Qué es esto?
La boleta estaba llena de seis y sietes.  Guardé las calificaciones inmediatamente, escondiéndola para que ninguna persona viera las calificaciones de mi hijo.
De regreso a casa aumentó más mi coraje a la vez que pensaba: ¡Si le doy todo, nada le falta, ahora sí le va a ir muy mal!
Me estacioné y salí del carro, entré a la casa, azoté la puerta y grité: ¡Ven acá Juan!
Juan estaba en su recámara y corrió a abrazarme ¡papá…!
-¡Qué papá ni que nada!- Lo retiré de mí, me quité el cinto y no sé cuantos golpes le di, al mismo tiempo que decía lo que pensaba de él.  ¡Y te me vas a tu cuarto!  terminé.
Juan  se fue llorando, su cara estaba roja y su boca temblaba.
Mi esposa no dijo nada, sólo movió la cabeza negativamente y se fue a la mesa a escribir.  Cuando me fui a acostar, ya más tranquilo, mi esposa me entregó la boleta  de calificaciones de Juan, que estaba dentro de mi saco y me dijo: léele despacio y después toma tu decisión.
BOLETA DE CALIFICACIONES PARA EL PAPÁ


El me había puesto seis y sietes, yo me hubiera calificado con menos de cinco.
Me levanté y corrí a la recámara de mi hijo, lo abracé y lloré… Quería regresar el tiempo, pero era imposible. Juanito abrió sus ojos, aún estaban hinchados por sus lágrimas, me sonrió, me abrazó y me dijo: ¡te quiero papá!
Cerró sus ojos y se durmió. Qué duro es ver los errores como padres desde esta perspectiva.

Dios te bendiga.

Andrea Carrillo