Como alcanzar sus objetivos a pesar de los obstáculos – El secreto del galgo
Las carreras de galgos son, hoy en día, un negocio de apuestas importante en algunos países. El galgo es una raza de perro que puede alcanzar grandes velocidades y resulta muy curioso ver como persiguen al falso conejo. Sus patas traseras se confunden con las delanteras al correr y sus cuerpos se estiran y encogen como si de muelles se tratara.Un día, un hombre se acercó a uno de los grandes magnates de este tipo de carreras ofreciéndole dos galgos. A primera vista eran iguales, mismo color, mismas proporciones, misma velocidad al correr… incluso habían nacido en la misma camada. Sin embargo, uno valía el doble que el otro.
El magnate quiso saber por qué aquel hombre quería cobrarle el doble por uno de aquellos perros ¿Qué tenía de especial?
El hombre estuvo dispuesto a mostrárselo. Prepararon una carrera y aunque ambos galgos corrieron a la par, uno de ellos quedó exausto tras cinco vueltas y se paró. El otro, el que valía el doble, también se detuvo a descansar. Lo extraordinario es que este segundo, a diferencia del primero, en cuanto hubo tomado aliento volvió a la carga y siguió corriendo hasta alcanzar al conejo. Esa era la razón por la que aquel animal valía el doble. No se veía a simple vista, pero algo en su interior, su capacidad de no darse por vencido, hacía que aquel galgo valiera el doble que su hermano.
Esta vida es una lucha continua. Una carrera en la que, a veces, podemos estar tentados a rendirnos y dejar de correr. Sin embargo, los triunfadores son aquellos que no se dan por vencidos, esos que han decidido que alcanzarán su objetivo a pesar de los obstáculos o la dureza del camino.
La capacidad de resistencia a la adversidad, y de lucha, es una de las cualidades más importantes de la vida, y más allá de la capacidad de cada cuál, y más allá de lo que depare la vida, esas personas son las que tienen verdadero éxito. Algunas lo consiguen, otras morirán en intentándolo y no lo lograrán nunca, pero lo que las hace vencedoras es no haberse rendido.
Ya lo decía el apóstol Pablo: Filipenses “Con esto no quiero decir que yo haya logrado ya hacer todo lo que les he dicho, ni tampoco que ya sea yo perfecto. Pero sí puedo decir que sigo adelante, luchando por alcanzar esa meta, pues para eso me salvó Jesucristo. Hermanos, yo sé muy bien que todavía no he alcanzado la meta; pero he decidido no fijarme en lo que ya he recorrido, sino que ahora me concentro en lo que me falta por recorrer. Así que sigo adelante, hacia la meta, para llevarme el premio que Dios nos llama a recibir por medio de Jesucristo.” (Filipenses 3:12-14).
Sigamos corriendo. La recompensa que nos espera, bien merece el esfuerzo.
Esther Azón Fernández (EAF) HopeMedia.es
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