lunes, 22 de diciembre de 2014

Cuidado con las grasas saturadas

donasLas donas o similares son deliciosas pero no recomendables para nuestro organismo. Hablando esta vez de salud, veo cada vez que entro en un restaurante, opciones más saludables de comida para los clientes y esto lo están adoptando, o al menos lo intentan adoptar, hasta las grandes cadenas de comida rápida.
Las autoridades de seguridad alimentaria de Estados Unidos adoptaron medidas para avanzar hacia la prohibición del uso de las llamadas grasas trans por considerar que son una amenaza para la salud. Los aceites parcialmente hidrogenados, fuente de la mayor parte de las grasas trans, ya no son “reconocidos como seguros”, dijo la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés). La agencia señaló que esta iniciativa puede evitar 7.000 muertes y 20.000 ataques al corazón en EE.UU. cada año.

Si el plan de la agencia tiene éxito, los aceites que obstruyen el corazón serían considerados aditivos alimentarios y no podrán utilizarse en los alimentos a menos que sean oficialmente aprobados. Las grasas trans se utilizan tanto en la comida procesada y en los restaurantes como una manera de extender la validez o mejorar el sabor de los alimentos. Las grasas trans se crean al añadir hidrógeno al aceite vegetal, convirtiéndolo en sólido.
Según NHS Choices, un servicio de asesoramiento online del Sistema Nacional de Salud británico, reducir algunas comidas ricas en grasas saturadas es una parte importante de una dieta saludable. Entre esos alimentos está la mantequilla, la manteca, los chocolates, pasteles y masitas y los productos cárnicos como las salchichas o los pasteles de carne. La mayoría de la gente come demasiada grasa saturada: en torno al 20% más del máximo recomendado, según recogen los estudios de la Asociación Británica de Dietética.
Una dieta rica en grasas saturadas puede incrementar los niveles de colesterol de lipoproteína de baja densidad o colesterol malo en la sangre a lo largo del tiempo, lo que también aumenta la posibilidad de sufrir una enfermedad cardiovascular.
Sin duda alguna, estos productos son ricos al paladar; pero no son recomendables para nuestra ingestión, y si los consumimos, intentemos que sea esporádicamente. Como decía al inicio, veo con agrado algunos restaurantes ofreciendo opciones menos perjudiciales para la salud, y las mismas personas están haciendo conciencia de tener un mejor estilo alimenticio que contribuirá a tener una mejor salud. Dios proporcionó frutas, semillas, verduras y hortalizas para nuestra alimentación, y debería ser nuestra obligación cuidar la mejor máquina diseñada en la tierra: nuestro cuerpo.



BBC


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