sábado, 28 de febrero de 2015

Aprendiendo a perdonar


Cuando el rabino Michael Weisser y su esposa Julie se mudaron a Lincoln, Nebraska, huyendo de la persecución antisemítica que habían padecido en el este de los Estados Unidos, no podían imaginar lo que les esperaba: esta capital era la sede del Gran Dragón del Ku Klux Klan, una organización cuyo propósito es exaltar a la raza blanca a expensas de las demás razas, entre ellas la judía.
Los Weisser empezaron a recibir literatura racista y llamadas telefónicas obscenas. Y ante cada amenaza, iban poniéndoles cada vez más candados a las puertas y vigilando las entradas y salidas de sus hijos.
Hasta que un día se cansaron de vivir prisioneros en su propio hogar. Se propusieron ganarse al enemigo con el amor. El rabino empezó a dejar mensajes de paz en la máquina contestadora del teléfono del Gran Dragón.
Y, ¿quién era este Gran Dragón, este rey del odio? Un pobre desgraciado, llamado Larry Trapp, al que le habían amputado ambas piernas hasta la rodilla por causa de la diabetes, y que vivía confinado en una silla de ruedas. Un hombre abandonado de niño por su padre y que tras dos matrimonios fracasados vivía solo.
El rabino se pasó todo un año dejando aquellos mensajes bondadosos, hasta que un día, el amor perdonador del rabino y su familia logró derribar la muralla de odio que había construido Larry Trapp en su entorno. Cuando Larry Trapp estaba en su lecho de muerte, los Weisser lo recibieron en su hogar y lo atendieron hasta que murió. ¡Otro milagro del amor y del perdón!
Durante los últimos años ha habido un gran interés en el poder restaurador del perdón. Por ejemplo, el poder del perdón para abrirle el paso al amor y a la sanidad emocional y aun física, se viene estudiando por la comunidad científica desde finales de la década de 1980. Existe en la Universidad de Wisconsin, Estados Unidos, el Instituto Internacional del Perdón, fundado en 1994. Los cerebros más privilegiados se dedican a dilucidar los misterios de un acto capaz de reconciliar a enemigos de por vida, librar del odio a un corazón lacerado por el abuso, y aun sanar una enfermedad física.
En Sudáfrica, la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, bajo el liderazgo del arzobispo Desmond Tutu y respaldada por el gobierno de Nelson Mandela, logró evitar años de represalias entre blancos y negros mediante un proceso de confesión y amnistía. Y el interés por perdonar no se limita a las naciones cristianas. En el Japón, hace unos años, el primer ministro pidió disculpas al pueblo coreano por las masacres de años pasados.

¿De dónde nace el poder sanador del perdón? El poder del perdón proviene de un Dios perdonador. Cuando la primera pareja cayó en pecado y ofendió a su Creador, Dios tomó la iniciativa para subsanar la relación quebrantada. En un acto de amor y de gracia infinitos, se ofreció a sí mismo mediante su Hijo, Jesucristo, para pagar el precio de la ley transgredida. Esa ley, la ley de la vida, debía repararse con la vida de alguien, y ese alguien fue el inocente Cordero de Dios, Cristo. Este acto perdonador había de servir por siempre a los seres humanos como ejemplo de la actuación del perdón en la vida de todo creyente. Así como el perdón de Dios construyó un puente entre el cielo y la tierra, el perdón que yo le ofrezco a quien me haya injuriado llega a ser el puente a través del cual volverán a pasar los actos de bondad y de amor entre mi prójimo y yo.
El perdón está al centro de la religión cristiana, pero el perdón es la virtud cristiana más difícil de practicar, precisamente por su capacidad de hermanarnos con lo divino. Podríamos definir el perdón como el ejercicio humano de una virtud divina. No deseamos perdonar a una persona que nos ha insultado, pero la invitación divina es perdonar, así como nosotros hemos sido y seguimos siendo perdonados por un Dios misericordioso.

¿Por qué deben perdonar los cristianos?
1. Porque servimos a un Dios perdonador: “Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8). Dios no esperó a que nosotros le pidiéramos perdón, sino que, en un acto de gracia, pagó el precio que nosotros, por ley, debíamos pagar. Y no nos perdonó solo una vez, sino que nos sigue perdonando gracias a la sangre derramada de Cristo Jesús. Dice el salmista: “No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados” (Salmo 103:10, 14).
2. Porque al aceptar a Cristo como nuestro único Señor y Salvador, somos transformados en nuevas criaturas: “Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17) Ahora lo que nos dictan las tradiciones y la herencia cultural tiene que pasar por el cedazo de la nueva criatura hecha, no ya a la imagen de lo que impone la sociedad, sino a la imagen de Cristo, Dios con nosotros. La vivencia de Cristo en el cristiano es lo que dicta la forma en que tratará a la esposa, a los hijos, al compañero de trabajo o de la escuela. Y el Espíritu Santo, que reemplaza al espíritu humano vengativo y orgulloso, actúa en nosotros para sustentar la nueva creación en el camino del amor.
3. Porque al constituirnos en nuevas creaciones, Dios nos asigna el ministerio de la reconciliación: “Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación” (2 Corintios 5:18). Este ministerio no se limita a traer a las almas perdidas a los pies de Jesús. Incluye arreglar cuentas con las personas a quienes hemos ofendido o que nos han ofendido a nosotros.


Principios bíblicos del perdón

¿Qué nos enseña la Biblia acerca del perdón?


1. Dios es amor. En primer término, la Biblia nos dice que nuestro Dios no se cansa de perdonarnos. Cuando se manifestó a Moisés en el desierto, reveló su carácter de la siguiente manera: “¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado” (Éxodo 34:6, 7). El Dios del Antiguo Testamento es el mismo que se manifestó en el Nuevo Testamento mediante Jesús de Nazaret, un Dios de misericordia y compasión, y sus hijos han de reflejar ese carácter santo.
2. La confesión. La confesión es la antesala del perdón. Para que haya una confesión, debe haber un reconocimiento del mal cometido. Esto también se aplica a nuestras relaciones con los demás. Este principio se encuentra en el Salmo 32: “Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día… mi pecado te declaré y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová, y tú perdonaste la maldad de mi pecado” (vers. 1, 3, 5). También hemos de tener la valentía de confesar nuestras ofensas a quien hayamos ofendido. La oración modelo de nuestro Señor Jesucristo nos recuerda la relación que existe entre recibir el perdón de Dios y perdonar al prójimo: “Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores” (S. Mateo 6:12).
3. No se perdona solo una vez. Dios no nos perdonó solo una vez, aún nos sigue perdonando. Por eso, debemos ser pacientes con los que nos ofenden: “Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale. Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento, perdónale” (S. Lucas 17:3, 4). Peter Ustinov ha dicho que el amor es un acto de perdón perpetuo. Si Dios tiene paciencia conmigo, yo he de tener paciencia con el prójimo.
Es necesario señalar la diferencia entre perdonar y reconciliarse. Siempre hay que perdonar, aunque no siempre pueda haber reconciliación. Por ejemplo, volver a vivir con el ofensor, en casos en que peligra la vida de la víctima. Tal vez no se pueda volver a la misma relación de antes, así como en el caso de Dios con el antiguo pueblo de Israel, pero siempre se puede perdonar, es decir, librar al ofensor de su deuda y respetar su deseo de no seguir en la relación. ¿Cómo puede ser esto? Porque el perdón libera a la víctima del odio y el resentimiento que tarde o temprano tendrán su efecto nefasto en la mente y en el cuerpo.
4. El perdón sana. Para Jesús, el perdón y la sanidad del ser humano eran lo mismo, tal como se revela en el caso del paralítico a quien Jesús dijo al sanarlo: “Tus pecados te son perdonados” (S. Mateo 9:1-7).
El Dr. Bernie Siegel, oncólogo y autor del libro Del amor, la medicina y los milagros cuenta la historia de una paciente suya, desahuciada, a quien el cáncer había invadido casi todo el cuerpo. Ella se fue a una cabaña que tenía cerca de un lago en las montañas y allí, rodeada de aquella belleza natural, empezó a pensar en todas las personas que la habían ofendido: su ex esposo, su padre, una hija, etc. Eempezó a escribir los nombres de cada persona y cuando terminó, se puso de pie en frente del papel y declaró: “¡Los perdono a todos!”
De pronto sintió una fuerza que no había sentido en un año o más. Hasta la fecha apenas había podido caminar de la mesa hasta el refrigerador, pero según iban pasando los días tenía energía para salir a caminar, y cuando logró darle la vuelta completa al lago, llamó al Dr. Siegel para rogarle que le hiciera las pruebas para ver si todavía tenía el cáncer. Y cuando volvieron las pruebas, éstas revelaban que el cáncer había desaparecido por completo.
El aprendizaje del perdón es un desafío diario que, gracias a Dios, no tenemos que afrontar solos. Jesús les prometió a sus seguidores antes de volver al cielo: “He aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (S. Mateo 28:20), una promesa que usted y yo podemos reclamar frente a los grandes y pequeños desafíos del diario vivir.


1 Katherine Watterson, Not by the Sword (Nueva York: Simon & Schuster, 1995).
2 Bernie Siegel, Love, Medicine, and Miracles (Nueva York: Harper, 1986).

por Lourdes Morales-Gudmundsson.

Reciba Esperanza by Email

Entre con su email:


Sin la carne sí hay energía


De vez en cuando, los descubrimientos científicos arrojan a la luz datos curiosos que permiten eliminar prejuicios. Este es uno de esos hallazgos: los gladiadores eran vegetarianos. La noticia se dio a conocer en  2004, cuando el análisis químico de los huesos de 70 esqueletos encontrados en un cementerio de gladiadores, en lo que fue la ciudad de Efeso (al oriente de la actual Turquía), reveló que la dieta de estos guerreros sanguinarios estaba compuesta principalmente por cebada y granos. No en vano los textos antiguos se referían a los gladiadores como ‘hordearii’, que literalmente significa ‘hombres de cebada’, según la web Archeology.com.
Citando al periodista Tom Leonard, en su nota ‘Veni, vidi, veggi’ que puede hallarse en la versión digital del diario inglés Telegraph, esta noticia echó abajo “la imagen tradicional de machos carnívoros” que Hollywood implantó en el imaginario colectivo. Además, lleva a cuestionar la creencia popular de que solo al comer carne se obtienen la energía y los nutrientes necesarios para llevar una vida saludable y ajetreada.
“La alimentación vegetariana, desde mi punto de vista, no es mala y bien llevada no produce deficiencias de ningún tipo”, comenta la docente y Coordinadora de la Carrera de Nutrición Humana de la Universidad Católica del Ecuador (PUCE), Verónica Espinosa. “Es una dieta saludable, pero exige que el vegetariano tenga un conocimiento muy amplio de los alimentos y de las cantidades que se deben consumir para poder llevar una alimentación  adecuada, variada, suficiente y equilibrada”.
Al saber elegir y combinar los diferentes alimentos de origen vegetal, se puede llegar incluso a suplir aquellos nutrientes presentes en las carnes. Así, la combinación de una leguminosa (como la soya) con un cereal da como resultado el consumo de los ocho aminoácidos esenciales que están presentes en las carnes. Por esta razón, la carne de soya y el gluten o carne vegetal (una especie de masa que se obtiene del procesamiento de los cereales, especialmente del trigo) son una opción altamente nutritiva para aquellas personas que han decidido, por saludo o ideología, suprimir el consumo de carnes (rojas y blancas).  “Hoy en día, en el mercado existe un sinnúmero de alimentos procesados de leguminosas o de granos que permiten obtener aquello que la carne da”, comenta Espinosa. 

Sin embargo, no en todos los casos se podrán suplir los nutrientes que se encuentran en los productos de origen biológico por los de origen animal. Por ejemplo, la combinación de la leche de soya con un cereal daría como resultado los ocho  aminoácidos esenciales, pero no llegaría a los 10 que se encuentran en la leche de origen animal. “Por esta razón, los vegetarianos estrictos que no consumen ningún alimento de origen animal podrían llegar a tener algún tipo de deficiencia nutricional”, explica Espinosa.
En la actualidad, existen diferentes corrientes del vegetarianismo,  que se diferencian entre sí por la clase de productos de origen animal que admiten en  su dieta diaria. Así, encontramos a los ‘ovolacteovegetarianos’, que consumen de todo excepto carnes; están los ‘lacteovegetarianos’, que excluyen la carne y los huevos pero no la leche; los ‘ovovegetarianos’, que no consumen leche ni carne, pero sí huevos; y los ‘veganos’, que no comen ningún alimento animal.
Como se explica en Wikipedia,  la primera vez que se utilizó el término “vegetarianismo” fue en 1847,  con la fundación en Manchester (Inglaterra) de la Sociedad Vegetariana (Vegetarian Society). Antes de esta fecha, sin embargo, ya existían grupos de personas inclinados a desistir de la carne por cuestiones ideológicas. En la Grecia del siglo VI a.C., por ejemplo, los seguidores del filósofo griego Pitágoras, interesados en el desarrollo del pensamiento y del alma, llevaban una dieta sin carne, conocida como ‘dieta pitagórica’. Algunos personajes famosos de la historia también han sido vegetarianos. Entre ellos  Albert Einstein, León Tolstoi, el Premio Nobel de Literatura Isaac Bashevis Singer y el multifacético Leonardo  da Vinci. 

“Cuando era niña, la gente creía que al volverse vegetariano uno se iba a volver enclenque y tonto”, comenta Irina Moncayo,  egresada de Ingeniería en Biotecnología,  que sigue una dieta ovolacteovegetariana desde que tenía 12 años. “Ahora, aunque la gente no ha llegado a comprender mi vegetarianismo, por lo menos lo respetan”, comenta. Este cambio de mentalidad se ha manifestado en un aumento no solo de tiendas especializadas, sino en el hecho de que muchos restaurantes ofrecen ahora una opción vegetariana en su menú.
“Mucha gente cree que ser vegetariano es ser conejo y que con una ensalada basta, pero no es así”, dice Moncayo. “Ahora existe de todo en comida vegetariana:  salchichas de soya, carne de soya  y todo sabe muy bien”. En esto coincide la ingeniera de alimentos, Gladys Eras. “Uno se puede alimentar de la misma manera que con la carne, solo se tiene que reemplazar la proteína cárnica por la vegetal. La ventaja de nuestro mundo es que hay tantos alimentos que podemos encontrar todos los componentes básicos para nutrirnos”, explica Eras. Ella es una ovovegetariana desde hace 15 años y mantuvo esta dieta durante sus dos embarazos. “Los pediatras que no estaban en nuestra línea se angustiaban un poco y nos daban otro tipo de sugerencias”, anota Eras. Sin embargo, como se explica en la web Eatright.com , las dietas ovolacteovegetarianas e incluso las dietas veganas bien planificadas pueden llegar a ser nutricionalmente apropiadas para todas las etapas de desarrollo.
“Nosotros llevamos el mismo ritmo de vida que los demás”, concluye Eras. “Dejar la carne no significa dejar de hacer actividades físicas. Uno tiene las mismas energías con una dieta vegetariana porque se están tomando los mismos nutrientes. Solo es cuestión de saber reemplazar la proteína animal por una proteína de origen vegetal”, añade esta ingeniera.







¿Siente que le quema el pecho?

Muchas personas experimentan una sensación de ardor en la parte baja del pecho junto con un sabor agrio o amargo en la garganta y en la boca. Usualmente esto les ocurre después de ingerir una comida o mientras están acostados. De acuerdo a Bertha Guerrero, médica gastroenteróloga, estos signos pertenecen a la acidez estomacal, un desorden de salud muy común.
De qué se trata
Cuando usted se alimenta, la comida pasa de un tubo llamado esófago al estómago. En la unión de estos órganos  hay una membrana que actúa como una reja para permitir el ingreso de la comida al estómago.
Por lo regular, tan pronto como el alimento pasa, la ‘rendija’ se cierra por completo, pero si esto no ocurre el ácido que está en su estómago puede atravesar la apertura y llegar hasta su esófago (la parte alta del pecho), lo que se llama reflujo, Además, el ácido en el estómago puede irritar el esófago y causar acidez estomacal.
Otras causas
También, este cuadro se puede dar en personas que tienen hernia hiatal, que es una condición en la que parte del estómago es empujada a través del diafragma (la pared muscular entre el estómago y el pecho) y dentro del pecho.
Factores que empeoran
Según explica Guerrero, muchas cosas pueden perjudicar la acidez estomacal como el comer en exceso, el doblarse hacia adelante o recostarse -cuando se toma una siesta-.
Asimismo, el embarazo, el estrés y ciertos alimentos suelen  agravar la condición de salud, entre los más dañinos están: fumar cigarrillos, el café (tanto regular como descafeinado), el alcohol, refrescos carbonatados, frutas cítricas, productos derivados del tomate, chocolate, mentas, comidas grasosas y más.
¿Es peligrosa?
“Si usted sólo tiene acidez estomacal de vez en cuando, probablemente no es grave. Sin embargo, si la experimenta frecuentemente esto puede ocasionar esofagitis, es decir inflamación del tejido de revestimiento del esófago”, comenta Guerrero. Si este diagnostico se agrava su esófago podría hacerse más angosto y existiría sangrado o dificultad para tragar.
También, si a usted le da acidez estomacal constantemente, esto puede ser un síntoma de la enfermedad de reflujo gastroesofágico (Erge), o de una inflamación del tejido que reviste el estómago (gastritis) y a la larga de una úlcera péptica.
Diagnóstico
Los exámenes podrían incluir rayos X para ver si tiene úlceras, una prueba de pH para determinar la presencia de ácido en el esófago, o una endoscopia para descartar otras condiciones.
Durante una endoscopia, el médico mira dentro de su estómago a través de un tubo largo y delgado que le introducen a través del esófago. Con esto se podría evaluar la presencia de Helicobacter pylori, una bacteria que causa úlceras.

Detalles
Acidez estomacal

>>Coloque bloques de 15 a 23 cm debajo de las patas de su cama en la parte delantera con el objeto de levantarla.
>> Trate de comer por lo menos dos a tres horas antes de acostarse. Si toma siestas, trate de dormir sobre un asiento.
>> No fume
>> Pierda peso si está con kilos demás.
>> No coma en exceso
>> Ingiera comidas con un contenido alto en proteína y bajo en grasa.
>> Evite la ropa apretada y los cinturones apretados.


Mas consejos
  • Evitar el acostarse después de las comidas, por lo menos hasta que hayan pasado unas 2 horas de la ingesta.
  • Elevar la cabecera de la cama, unos 10-15 cm, mediante la colocación de tacos de madera en las patas delanteras de la cama. No coloque almohadas porque solamente consiguen flexionar el cuello, es necesario elevar todo el tronco superior.
  • No usar prendas ajustadas
  • No realizar comidas muy abundantes.
  • Controlar el sobrepeso
  • Eliminar o disminuir el consumo de tabaco y alcohol
  • Evite las comidas y bebidas que disminuyen el tono del esfínter esofágico inferior.
  • Evite agacharse o hacer ejercicio inmediatamente después de comer.
  • Reducir el estrés
ALIMENTOS QUE DISMINUYEN EL TONO DEL ESFINTER ESOFAGICO INFERIOR

  • Grasas
  • Fritos
  • Salsas
  • Café
  • Chocolate
  • Menta
  • Ajo
  • Cebolla
  • Tabaco
  • Alcohol
  • Frutos secos
  • Bebidas gaseadas
EFECTO IRRITANTE SOBRE LA MUCOSA GASTRICA
  • Cítricos
  • Tomate
  • Ajo
  • Cebolla
  • Picantes
  • Salazones
  • Zumos
  • Ácidos
  • Bebidas de cola
  • Alcohol




Pide ya uno de nuestros materiales



Acidez, trago amargo de cada día; una de cada cuatro personas vive con este síntoma


La acidez es un síntoma tan común como el dolor de cabeza. En un buen número de casos, sin embargo, esa incómoda sensación de ardor o quemazón en el pecho, que se acompaña de un característico gusto amargo o agrio en la boca, no es una incomodidad pasajera sino un molesto compañero de camino. Cuando eso ocurre la cosa cambia de nombre: ya no es simplemente acidez sino enfermedad por reflujo gastroesofágico.
De acuerdo con estimaciones de un estudio publicado en el 2005 en Alimentary Pharmacology and Therapeutics, cerca del 23 por ciento de la población sufre el problema, “es decir, prácticamente una de cada cuatro personas”, explica Jorge A. Olmos, que está al frente del Área de Patología Funcional de la División Gastroenterología del Hospital de Clínicas de Argentina. El mismo trabajo mostró que sólo un 40 por ciento de estos afectados consulta al médico y más del 60 por ciento busca remedios por su cuenta. El reflujo es la típica sensación de ardor o molestia que quema en la línea del pecho, detrás del esternón, y que puede llegar a la garganta (pirosis), producida por el paso del contenido del estómago al esófago (regurgitación).
La causa más común es el debilitamiento o daño del esfínter (una especie de válvula que se abre para dar paso a la comida y luego se cierra) que está entre el esófago y el estómago, facilitando la devolución cuando éste se contrae. Eso se relaciona, muchas veces, con lo que se llama hernia hiatal, que puede tener origen congénito o puede ser consecuencia del reflujo crónico.
Síntomas que confunden
El reflujo no siempre trae las mismas consecuencias a todos los pacientes: algunas personas solo padecen síntomas moderados, que se alivian con medicamentos, control médico y buena dieta.
En otras produce inflamación crónica y repetitiva del esófago (esofagitis), que ocasiona úlceras y lesiones que predisponen al cáncer. El problema no para ahí: esta enfermedad también causa síntomas indirectos que pueden llevar a la persona a creer que se trata de otra cosa.
Entre ellos se cuentan, por ejemplo, los trastornos respiratorios (favorece la aparición de asma alérgica), las neumonías, la tos crónica (cuando el contenido pasa por la tráquea), dificultad para dormir, sinusitis, faringitis, laringitis, otitis, ronquido, daño dental por efecto del ácido, molestias para tragar, mal aliento y dolor torácico que simula un dolor de origen cardíaco. Es más, mucha gente llega a los servicios de urgencias con esa molestia, creyendo que tiene un infarto cuando en realidad se trata de reflujo. Cuando los primeros síntomas se presentan es ideal consultar con el médico para despejar dudas, en lugar de optar por automedicarse. La presencia de sustancias ácidas del estómago o la vesícula sobre la pared del esófago (que no está diseñado para soportar la acción de estos ácidos) puede producir esofagitis (inflamación del esófago), e incluso lesiones precancerosas.
¿Cómo se trata?
El tratamiento se basa en medicamentos que se conocen como inhibidores de bomba de protones o bloqueadores potentes del ácido, como el omeprazol, que impiden la secreción ácida y logran reducir la inflamación. Algunos pacientes deben tomar drogas contra el reflujo durante años, e incluso operarse para corregir el esfínter debilitado. Se trata de un porcentaje mínimo de pacientes, no sólo porque el tratamiento médico prima sobre el quirúrgico, sino porque los resultados de estas cirugías no son permanentes en todos los casos.
Comer bien y evitar el cigarrillo y el alcohol, algunas recomendaciones
Evite. Un helado grasoso, las carnes frías o algo condimentado dispararán los síntomas. Los alimentos que molestan varían según la persona. Trate de identificarlos.
Cero leche. Aunque amortigua el ácido por algún tiempo, y proporciona alivio temporal, luego estimula la secreción ácida y el dolor.
No tome calmantes. Algunos analgésicos eliminan la capa protectora del estómago. Además de causar irritación pueden generar lesiones y complicaciones. Si los necesita, consulte a su médico.
No fume. Aunque no hay evidencia de que fumar cause úlcera, sí retarda la cicatrización y aumenta el dolor.
Modere el alcohol. Haga ejercicio. Es el mejor remedio contra el estrés. La tensión nerviosa aumenta el riesgo de irritación gástrica.
Procure comer más de tres veces al día. Lo ideal sería dividir las tres comidas normales en seis pequeñas. Así neutralizará la acidez.



 






¡No a la automedicación!


Al enfrentarnos a algún dolor o molestia, casi siempre elegimos la opción de tomar alguna medicina antes de ir al doctor ¿Qué tan perjudicial puede ser esto? El hábito de la automedicación se inicia, muchas veces, desde la infancia, ya que, ante algún síntoma de los niños, los padres suelen guiarse por consejos o sugerencias de sus allegados. Sin embargo es importante tomar en cuenta que esto puede complicar el diagnóstico posterior del médico y por consiguiente, el tratamiento.
Problemas que ocasiona
Debido a la automedicación, no solamente se evita que la persona mejore, sino que incluso se contribuye a que la enfermedad progrese por la falta de un tratamiento adecuado. Por otro lado, el mayor peligro es que el uso deliberado de medicamentos puede traer consigo efectos secundarios. Es decir que, paralelo al efecto terapéutico pueden ocasionar somnolencia, mareos, dolor de cabeza, taquicardia, entre otros. En algunos casos, esas anomalías no son graves, pero en otros llegan a ser fatales.


Definitivamente ¡NO!
Es difícil o casi imposible que se pueda hablar de automedicación responsable, pues la persona tendría que estudiar toda una carrera en farmacología para conocer la dosis exacta por kilo de peso y el tiempo preciso por el cual administrarlo, de acuerdo a la patología y al principio activo.


Mejor prevenir…
Es necesario informarse sobre los beneficios y los posibles riesgos de un medicamento. Recuerda que todos son potencialmente peligrosos y tienen reacciones adversas.

Ten presente que si no se calcula adecuadamente la cantidad a administrar de un medicamento, este podría resultar tóxico o ineficaz.
Jamás te automediques con antibióticos, pues antes debes conocer cuál es el germen productor de la infección, ya sea en forma empírica o mediante cultivo.
No debes utilizar antidiarreicos ni antieméticos (medicamentos para controlar el vómito).
El uso de antigripales y medicamentos para la tos y el resfriado no es tan inocuo ni ventajoso como parece.
Nunca suspendas o cambies, por decisión propia, el tratamiento prescrito por el médico.
Si no estás conforme o si no notas mejoría, busca una segunda opinión con otro doctor.

Efectos dañinos
¡Cuidado! Podrías padecer alguno de estos males si continúas automedicándote:

– Si no tomas la dosis adecuada de una medicina, por un tiempo preciso, la enfermedad puede ceder muy rápidamente, pero por poco tiempo, porque luego puede volver y de manera más severa.
– La automedicación puede llevarte a ingerir productos tan fuertes que, a la larga, dañan otros órganos o te provocan otra sintomatología que antes no tenías. Es decir, por un lado mejoras, pero por otro complicas otra parte de tu cuerpo.

Más problemas
Una lista de complicaciones que también pueden ser ocasionadas por el mal hábito de automedicarse:


Reacciones alérgicas
– Gastritis
– Infecciones crónicas
– Complicaciones cardiovasculares
-Intoxicación
– Dependencia química
– Convulsiones
– Irritabilidad
– Muerte









El intestino irritable es un mal de gente joven relacionado con el estrés


Unas 700 millones de personas sufren este síndrome, un mal crónico del tracto digestivo que causa dolor abdominal recurrente y que se acompaña de cambios en la frecuencia de las deposiciones. Aunque el dolor o el malestar suele aliviarse, en la mayoría de los casos, con ir al baño, algunas personas pueden presentar sensación de distensión abdominal, gases o flatulencia y otras pueden tener cólicos o calambres abdominales con necesidad urgente de evacuar.
Se sabe que esta enfermedad afecta a entre el 10 y el 20 por ciento de la población mundial (la mayoría mujeres), que deteriora notablemente su calidad de vida y que disminuye hasta en un 34 por ciento su capacidad laboral. Aun así, pocos consultan.
¿A qué edad se presenta por primera vez? Es una enfermedad de gente joven: la mitad de los afectados comienzan a presentarla antes de los 35 años de edad y se considera inusual que aparezca por primera vez después de los 50 años. Cerca del 65 por ciento de los niños con dolor abdominal crónico realmente tienen este síndrome.
¿Por qué ocurre? No se sabe con exactitud cuál es su origen, pero se considera que es multifactorial y para que se presente se necesita la interacción de los siguientes factores: los genéticos, los psicológicos (estrés, ansiedad y depresión, entre otros), los alimentarios y las bacterias que normalmente están en el colon. Cuando todos confluyen se altera el funcionamiento del tracto digestivo (no sólo del colon), lo cual causa diarrea, estreñimiento, dolor, gases o distensión.
¿Cómo se manifiesta?
Se presenta, básicamente, de cuatro formas:
1. Dolor o malestar abdominal con diarrea.
2. Dolor o malestar abdominal con estreñimiento.
3. Dolor o molestias abdominales con diarrea o estreñimiento alternantes.
4. Dolor, distensión y gases.
La gente, valga decirlo, no presenta estas molestias de manera permanente; estas irrumpen ante una crisis desencadenada por el estrés, los conflictos emocionales, las frustraciones o la ansiedad. En otros individuos ciertos alimentos, como los lácteos, el chocolate, la cafeína, el alcohol e incluso algunos medicamentos pueden disparar los síntomas.
¿Por qué es más frecuente en ellas? Como algunas mujeres tienen más síntomas durante la menstruación, se ha sugerido que en ellas ciertas hormonas son las responsables.
¿Por qué el estrés dispara o empeora este mal? No se ha dicho la última palabra al respecto, pero científicos han demostrado que el cerebro y el sistema nervioso del tracto digestivo (sistema nervioso entérico) se relacionan de manera recíproca. Por esa razón las emociones o el estrés pueden producir aumento o disminución de los movimientos intestinales. De igual modo se cree que las bacterias del colon pueden producir cambios en el comportamiento psicológico del individuo y que ciertos cambios del ánimo pueden causar alteraciones en el microambiente del colon.
¿Es grave este síndrome? Es una enfermedad benigna. Eso quiere decir que no causa daños permanentes en los intestinos y tampoco cáncer, enfermedad inflamatoria del colon, hemorroides, sangrado intestinal, pérdida de peso, anemia, divertículos o cualquier otra complicación. No hay un examen específico para el diagnóstico de este síndrome; a este llega un especialista entrenado analizando con cuidado cada caso, sus síntomas y evolución. Es la forma de evitar tratamientos errados que, incluso, llevan a cirugía a los afectados.
¿Cuál es el tratamiento indicado? El tratamiento depende del tipo de intestino irritable que tenga la persona; por eso no hay un único remedio para las cuatro formas del síndrome. Aun así, para todos se aconseja identificar los alimentos que desencadenan las crisis y aprender a controlar el estrés, las frustraciones y la ansiedad. No toda persona con gases o distensión tiene este mal ni a todos los afectados hay que prohibirles la leche u otros alimentos: depende de cada caso y, por tanto, no existe una dieta estándar para el síndrome.
En algunas personas es necesario utilizar antibióticos especiales para modificar la composición de la flora normal del colon. Medidas locales, como el calor húmedo sobre el abdomen, pueden aliviar el dolor, al igual que la psicoterapia y la disminución de los factores tensionantes.

Fuente: www.eltiempo.com  



Cómo crear hábitos adecuados de sueño en los niños para evitar problemas en el futuro


Las rutinas establecidas con constancia y seguridad ayudan a que los bebés y los padres duerman tranquilos. Convertirse en padre significa dejar de dormir tranquilamente, dice el pediatra Jaime Céspedes, pues establecer rutinas de sueño en los niños se logra con el sudor de la frente del adulto, no con fórmulas mágicas, complementa el pediatra Álvaro Jácome.

Pero para que los padres descansen tranquilamente, al igual que los niños, los hábitos de sueño deben establecerse en el recién nacido, pues así se evitarán las pataletas futuras para ir a la cama, los continuos despertares y el deseo por dormir con los papás. Según el pediatra Álvaro Jácome, si la madre quiere que el pequeño duerma temprano y se despierte con menos frecuencia al finalizar la licencia, el trabajo debe empezar desde los primeros días, no una semana antes del retorno a la oficina.

Cómo favorecer las rutinas
La primera recomendación que hace el pediatra Jaime Céspedes es que los padres se pongan de acuerdo en los hábitos que quieran crear, como el horario, el ambiente de la habitación y las actividades previas a la hora de acostar al bebé en su cama.

El espacio adecuado para dormir debe estar libre de ruido, con una temperatura agradable. Debe acostarse siempre en su cuna, porque criar significa formar individuos y en este aspecto el pequeño empezará a ser independiente. “Durante el primer año de vida, el niño aprende varios hábitos. El de comer y el de dormir correctamente son dos de los más importantes. Los niños aprenden según las normas sociales que les rodean”, asegura un estudio titulado ‘El insomnio infantil por hábitos incorrectos’, publicado por el Hospital General de Cataluña (España).
Los pediatras aseguran que al tercer mes, el bebé debe estar en su habitación. Acostarlo en la cama de los papás aumenta los riesgos de que sea aplastado o le falte oxígeno. En los primeros meses el bebé se despertará dos veces; una antes de la medianoche y la otra durante la madrugada, para ser alimentado. A los tres o cuatro meses, podrá guardar reservas y la segunda toma podrá suprimirse paulatinamente, disminuyendo cinco minutos cada tres o cuatro días.
A medida que el niño crece, se despertará con menos frecuencia. Sin embargo, cuando lo haga, los padres deben acudir a verificar que todo está en orden, pero no deben ofrecérsele estímulos, es decir, no se le alza, no se le da comida, no se enciende la luz. Así, el pequeño volverá a dormirse rápidamente.

Los errores más frecuentes
-No respetar las rutinas establecidas.
-Interpretar el llanto como una necesidad de comida y ofrecerle estímulos a los que el bebé se acostumbrará, y quitárselos será más difícil.
-Los horarios de los niños no se tienen por qué ajustar a las necesidades particulares de los adultos.
-Creer que el televisor es un recurso para dormirlo.
-Los padres no deben mostrar inseguridad al aplicar las rutinas de sueño.

El tiempo de sueño según cada etapa

Las horas de sueño varían según el momento de desarrollo de los niños. Los recién nacidos dormirán entre 16 y 20 horas.
Después del primer mes y hasta el primer año el horario de sueño disminuye a 13 o 14 horas diarias.
Los pequeños entre 1 y 3 años que han aprendido a caminar duermen 12 horas cada día.
En la etapa preescolar, entre 3 y 6 años, dormirán entre 11 y 12 horas.
Las siestas en el día también disminuirán. Después del año, será de una hora aproximadamente en la mañana y otra en la tarde.

Las pesadillas y terrores nocturnos
El primer paso para manejar estas molestias conocidas como parasomnias, que tienen un origen genético, consiste en diferenciar si el niño sufre de terrores nocturnos o pesadillas. Estos afectan a los niños y niñas de igual manera y se presentan con más frecuencia en la edad preescolar (después de los 3 o 4 años).
Los terrores nocturnos ocurren antes de la medianoche. El niño grita y llora, pero seguirá dormido y luego no recordará el suceso. Los padres deben ser apenas espectadores y no deben intentar despertarlo. En el caso de las pesadillas, sucederán en la etapa del sueño después de medianoche. El pequeño se despierta y recuerda lo que ocurrió. Los padres deben calmarlo y darle seguridad.
No deben pasarlo a la cama de los adultos; si se requiere, se le acompaña hasta que se duerma. Estos dos problemas en el sueño no afectan a todos los niños y desaparecen de forma espontánea.

Abcdelbebe.com 





Camine para mejorar su aptitud física


Las técnicas para respirar y reducir el estrés son ideales si desea aliviar las tensiones musculares. Sin embargo, algunas personas pueden querer ir más allá de estas prácticas para optimizar su condición deportiva. Para esto, es recomendable el ejercicio activo al aire libre, ya que mejora el aspecto y la actitud frente a la vida. El caminar, por ser la actividad más simple y natural, contribuye (después de seis semanas) a lograr un estado físico importante.

Andando
Un plan de caminata de 15 minutos ha demostrado tener un efecto calmante de más de una hora de duración. Pero como con cualquier deporte, siempre es conveniente consultar con el médico antes de empezar. Todos los programas deportivos deben comenzar gradualmente para prevenir posibles lesiones y heridas de los músculos.


Un poco de rigidez se presenta al principio, pero es leve y tiende a desaparecer una vez que se acostumbra al incremento de la actividad física.

Cuidando especial
Este ejercicio es aeróbico y mejora el sistema cardiovascular, por lo que ejercita el corazón aumentando la cantidad de latidos por minuto. Una rutina de dicha alternativa mejora el rendimiento cardíaco porque este músculo actúa en forma más eficaz, incluso al estar en reposo. Los resultados pueden ser corroborados fácilmente si se toma el pulso. Para ello, coloque el dedo índice y el medio en la parte inferior e interna de la muñeca de la mano contraria, justo debajo del hueso. Luego de unos segundos de acostumbrarse sentirá que pulsa rítmicamente.

Cuente el número de latidos durante 15 segundos y multiplique ese número por cuatro para averiguar cuántas veces por minuto palpita su corazón. El número probablemente estará entre 50 y 100, (por ejemplo, 20 latidos en 15 segundos indican 80 latidos por minuto).

Pulso ¿Cómo controlarlo?
>> Para recibir el beneficio máximo de un programa de caminata sin esforzarse demasiado, la frecuencia cardiaca necesita ser incrementada a un ‘rango de latidos designado’ según su edad.
>> Para identificarlo reste sus años al número 220, multiplique el resultado de esa substracción por 0.70 y por 0.80. Los números que obtenga representan el rango mínimo y máximo de la frecuencia cardiaca ideal buscada. Por ejemplo, si usted tiene 45 años el nivel estaría entre 122 y 140 palpitos por minuto.


Caminata correcta – Cinco puntos

* Muévase a un ritmo constante y sienta como aumentan los latidos de su corazón. Además, verifique el pulso para ver si está cumpliendo el nivel ideal requerido.
* Mantenga la cabeza en alto, la espalda derecha y meta la barriga hacia dentro. Vaya en línea recta mientras mueve los brazos al ritmo de sus pasos.
* Camine apoyando primero el talón y luego el resto del pie, hasta empujar hacia atrás con los dedos.
* Hágalo con calma y con pasos largos, pero que no sobrepasen el alcance natural de sus piernas.
* Respire profundamente. Si camina animadamente, probablemente encontrará que trabaja mejor respirando por la boca.








La mayoría estornudamos y tosemos de forma muy poco higiénica


Estudiantes de medicina oestornudaban o tosían en una estación de tren, un centro comercial y un hospital de Nueva Zelanda. Lo que vieron no sólo fue antihigiénico sino, en ocasiones, simplemente asqueroso.

La mayoría de las personas omitieron acciones capaces de prevenir la propagación de gérmenes infecciosos en el aire, concluyó un estudio. El estudio, se realizó en la ciudad de Wellington durante dos semanas de agosto de 2009, en la última etapa de la ola de gripe porcina, cuando la enfermedad ocupaba titulares y los gobiernos desarrollaban campañas para niños y adultos tomaran precauciones para evitar el contagio del virus.
Las buenas noticias son que tres de cada cuatro personas intentaron cubrirse cuando tosieron o estornudaron. La mala es que la mayoría, cerca de dos de cada tres, usaron sus propias manos para hacerlo. “Cuando toses en tus manos, las rocías de virus”, dijo Nick Wilson, autor del estudio y profesor asociado de salud pública en la universidad Otago en Wellington.

Luego tocas las manillas de las puertas, muebles y otras cosas, y otras personas también las tocan y adquieren los virus, dijo. Funcionarios de salud recomendaron que la gente estornude en la parte interna del codo. Sólo una de cada 30 personas estudiadas siguió esa sugerencia.
El uso de un pañuelo o papel higiénico también es recomendable, pero sólo uno de cada 30 optó por esa solución.
Pero hay más noticias desagradables: Los investigadores no dieron cifras, pero en varias oportunidades vieron a gente escupiendo en el piso, incluso en un hospital.
Estaban un poco asqueados, dijo Wilson al describir la reacción del equipo, que registró 384 estornudos y tosidos.

Wilson dijo que los resultados fueron sorprendentes, especialmente porque el estudio fue hecho a tan sólo cuatro meses de haberse descubierto el nuevo virus, cuando aún se consideraba inusualmente peligroso.


www.eluniverso.com 


libro la única esperanza



La preparación para la maratón

Stephen Kiprotich de Uganda, Wilson Kipsang Kiprotich de Kenya y Abel Kirui de Kenya.
Correr una maratón es una de las pruebas más difíciles que existen, y sus 42 kilómetros con 195 metros pueden convertirse en auténtico calvario si no están bien preparados. El entrenamiento no sólo es físico, sino también nutricional.
Preocuparse por la preparación física una semana antes y comer bien sólo el día de la competencia no ayudará en nada para lograr una carrera exitosa. El tiempo mínimo de instrucción para correr una maratón es de seis meses en las personas que ya corren 40 kilómetros semanales. En este periodo se trabaja en una estrategia de carrera, mentalización para soportar varias horas de ejercicio, sesiones de entrenamiento y dieta que proporcione la energía necesaria.
De entrada
Antes de iniciar el entrenamiento para la maratón, es indispensable que le realicen examen médico para saber si su estado de salud es adecuado. Si su salud es buena y ya ha corrido 5, 10 ó 15 kilómetros, o media maratón, adelante, puede empezar a entrenar. Al respecto, para aspirar a la competencia mínimo se debe tener capacidad de correr 40 kilómetros semanales.
En primer lugar, se tiene que manejar la resistencia, es decir, hacer trabajo que garantice que el individuo será capaz de recorrer los 42 kilómetros con 195 metros. Si ya se han realizado el examen médico y la prueba de esfuerzo, es posible detectar a qué velocidad máxima y de crucero (la que usara durante el maratón) se puede correr.
Hay ciertas revistas que publican artículos como si fueran recetas de cocina y cuyos títulos son: Corra la maratón en tres horas. Aquí no se trata de lo que yo quiera correr, sino de lo que estoy capacitado para correr, y ver cuánto puedo mejorar en los seis meses de entrenamiento. Si un principiante sigue este tipo de manuales y se lanza a correr la maratón, lo único que logrará es lesionarse o morir en la competencia.
Durante el entrenamiento, el cuerpo gasta gran cantidad de calorías que es necesario reponer para que no disminuya su rendimiento. Para que su preparación física sea exitosa, no basta con correr durante horas, sino que debe cumplir una disciplina en cuanto a horarios y comidas. Si bien la alimentación incluye los mismos nutrientes que las dietas habituales, en este caso cobra mayor importancia el aporte de los hidratos de carbono.
Quienes entrenan para la maratón tienen necesidades de 3 mil a 3 mil 500 calorías por día, y la principal fuente para cubrir tal requerimiento son los carbohidratos complejos. Y el porcentaje va del 60 al 65%, lo cual debe complementarse con proteínas, grasas, vitaminas, minerales y agua.
Los días previos a la carrera deberá incrementar aún más su consumo de hidratos de carbono complejos. Una semana antes el porcentaje debe aumentar a 70%. Los dos días previos a la competencia el nivel de carbohidratos puede elevarse hasta 80%, y el de grasas y proteínas disminuir al 10%.
El día de la competencia
Al llegar este gran día, resistencia física y alimentación ya están perfectamente entrenadas, así que sólo resta desayunar bien, para lo cual existen ciertas reglas. El último alimento debe ingerirse dos horas antes de que inicie la carrera.
¿Qué comer? Nuevamente carbohidratos complejos, ya que mantienen la carga de energía necesaria para la competencia. Y, desde luego, beber suficiente agua. La última toma de líquido se realizará 30 minutos antes de la carrera. También es necesario que el desayuno sea bajo en grasas y proteínas, ya que éstas ocasionan que el alimento se mantenga por más tiempo en el estómago, lo que ocasiona incomodidad al momento de correr.
Durante la carrera
Al iniciar la competencia es necesario que esté bien hidratado para prevenir la aparición de fatiga por falta de agua. Y durante la misma debe ir tomando pequeñas cantidades de líquido. Tenga sed o no, cada 5 kilómetros o cada 25 minutos se deben tomar 200 mililitros de agua simple o adicionada con jugo de naranja natural u otra fruta.
¿Qué sigue?
Ya logró cruzar la meta. Siente agotamiento y gran satisfacción por lo obtenido. Ahora, es importante que descanse y siga alimentándose bien, ya que su cuerpo necesita recargar la energía gastada.
A los 30 minutos posteriores a la competencia, el deportista debe beber suficiente agua; después, puede reponer los hidratos de carbono perdidos mediante el consumo de líquidos dulces, como jugos de frutas.
Siempre tenga en mente que correr el maratón es una prueba que requiere preparación física, mental y nutricional. Por tanto, si su deseo es participar en la competencia, busque la asesoría de algún experto en Medica del Deporte y huya de charlatanes que le ofrezcan metas inalcanzables.
Así como un deportista se prepara con mucha anticipación para correr una maratón, así mismo el ser humano debe prepararse cada día para el gran encuentro con Jesús. Las competencias o grandes maratones son premiadas al primero, segundo y tercer lugar; en la carrera cristiana que corremos cada día todos recibiremos el premio si perseveramos hasta el final, no importa si somos los últimos, lo importante es que nuestros labios pronuncien palabras de amor y que nuestros actos sean honestos, si hacemos esto en nuestro diario vivir seremos acreedores a la gran medalla: LA VIDA ETERNA.


Fuente:







Biblia Fácil


Portada Biblia Fácil








viernes, 27 de febrero de 2015

Ansiedad: El mal del nuevo milenio


Al igual que otras enfermedades mentales, esta afección se está convirtiendo en un problema muy común de este siglo, provocando verdaderos desórdenes en los seres humanos. Ataque el trastorno a tiempo. Cuando se trabaja en un área como las ventas, es normal que una persona presente en su carácter cierto grado de ansiedad, lo que de hecho le permite destacarse en el mundo de los negocios. Asimismo, las Relaciones Públicas o el Mercadeo requieren una dosis de esta característica en quien las realiza, pues le ayudará a desenvolverse con más facilidad y dinamismo.


La ansiedad es un rasgo del ser humano que, en cierta medida, no ocasiona ningún daño, hasta cuando esta comienza a interferir en la vida diaria (dificultando, por ejemplo, la capacidad para expresarse, hablar o para conciliar el sueño), lo que obliga a la persona a recurrir al siquiatra.
Por lo general, el individuo ansioso va a tener períodos en los que va a estar más “enfermo”. Por ello, para contrarrestar este trastorno es importante que el paciente se decida a cambiar su estilo de vida:

•Practicar algún deporte o aeróbicos, mínimo media hora diaria, 3 ó 4 veces por semana.
  • Aprender a relajarse.
  • Utilizar baños de vapor.
  • Eliminar los estimulantes de su dieta.

Medicación
Hay personas que son ansiosas de base, y van a tener que tomar ansiolíticos a largo plazo, pues de lo contrario comienzan a tener dolores musculares y una serie de trastornos que inclusive le impedirán tener un buen rendimiento y harán que se cansen fácilmente. Ese conjunto de cosas, sumado a que el paciente no siempre sigue la indicación de cambiar su estilo de vida, no deja más alternativa que medicarlo, lo que hará que el tratamiento dure por largo tiempo. Por otro lado, según el doctor Alfonso Ricardi, siquiatra guayaquileño, “cuando este paciente presenta también hipertensión, es importante controlar su ansiedad, ya que puede caer en una crisis (por la presión) y llegar a sufrir un infarto cerebral. De igual manera, el paciente puede tomar un antidepresivo, lo que lo ayudará a mejorar su condición”.


Presa del pánico
Una persona que termina -repentinamente- en la sala de emergencia de una clínica, alertando a los médicos acerca de que está teniendo un infarto o, aquella que segundos antes de despegar a bordo de un avión empieza a gritar para detener el vuelo, pues -sin base alguna- asegura que algo malo va a sucederle, podrían parecer seres totalmente desconectados entre sí; sin embargo, tienen algo en común: ambas han sido víctimas de un ataque de pánico.

Hace poco escuché sobre un caso de alguien que vivió un episodio en el que sintió una especie de ahogo e imposibilidad para hablar, lo que, tras un instante de control emocional, desapareció. Lo curioso es que esto le sucedió mientras disfrutaba de sus vacaciones. ¿La explicación? Lo que ocurrió es que -pese a encontrarse en un momento de relax- esa persona estaba atravesando por una súbita crisis de pánico. “Quien padece de estos ataques, los tiene de un momento a otro, comienza a tener taquicardia, sensación de nudo en la garganta (que sucede porque el esófago se contrae), sudoración, tiene la impresión de que se va a morir, que le va a dar un infarto…Incluso puede estar durmiendo y despertarse con la crisis de pánico”, asegura el siquiatra.

Con o sin cura
Este tipo severo de ansiedad (pánico) se asocia a trastornos depresivos, que a veces se presentan al mismo tiempo o a posteriori. También se deben a problemas de válvula mitral, “es decir, un defecto que lo puede tener cualquier persona, sin que esto revista gravedad ni la necesidad de un tratamiento cardiológico”, señala.

Para curar definitivamente un cuadro de pánico es necesario un tratamiento por un lapso de 8 meses a un año. “Aunque en ese periodo ya no hayan crisis de ningún tipo, la idea es que el paciente pueda prescindir del medicamento y no sufrir otros ataques”. Sin embargo, de acuerdo al especialista, “también hay quienes van a tener crisis de pánico toda su vida (que son minoría) y que deberán tomar medicamentos siempre”.

¡Ojo! con la depresión
Según los estudios, “las mujeres se deprimen 3 veces más que los hombres”, así lo asegura el doctor Ricardi. No obstante, un cuadro de depresión puede darse tanto en adultos, como en adolescentes y hasta en niños. Cabe recalcar que hay dos tipos distintos de depresión, lo que determina si se trata o no de una patología o de una condición pasajera: En el primer caso, se habla de la persona que pese a tener todos los medios para estar estable y sentirse feliz, está constantemente sumida en una tristeza que la consume y que le impide ser optimista y estar bien. El otro cuadro expone a alguien que luego de atravesar por una situación difícil, cae en una depresión, producto de su estado anímico.

Las depresiones típicas (que se dan en mayor porcentaje) se presentan con irritabilidad, enojo, disminución del apetito y del peso, insomnio, falta de concentración y a veces con impotencia (en hombres) e imposibilidad de tener orgasmos (en las mujeres). Las atípicas (menos comunes) se manifiestan con aumento del apetito e hipersomnio (la persona duerme más de lo habitual).

¿Dependencia?
Aunque hay quienes consideran lo contrario, el médico manifiesta que los antidepresivos no crean dependencia. “Los ansiolíticos pueden crearla (la dependencia), siempre y cuando no los maneje un especialista. Porque podría darse el caso de que una persona esté ansiosa por algo que haya sucedido en su vida y tuvo que tomar un medicamento para la ansiedad, pero con psicoterapia se tratará de solucionar el problema que le provocó eso y una vez que esté solucionado comenzar a bajar la dosis hasta que se retire por completo la medicina. Este proceso puede ser realizado por un psicólogo o un siquiatra”.


El poder de la mente
Pese a que existen fármacos creados exclusivamente con la intención de ayudar a estabilizar a la persona que padece de patologías mentales, la solución final está justamente ahí, en el lugar donde se genera la afección: la mente. Por ejemplo, hay quienes con una mínima dosis de un medicamento prescrito por el siquiatra sienten superados sus males y, por el contrario, están también los que, por más medicación que reciban, no ponen de su parte para sobrellevar su trastorno. “Tomaba pastillas para combatir la depresión y poder dormir, pero no había forma de que concilie el sueño…Era como si la tristeza me invadía”, comentaba una persona con este tipo de anomalía.


Múltiples razones
La etiología (estudio de las causas sobre alguna enfermedad, curiosidad, etc.) de las enfermedades mentales asevera que estas vienen determinadas multifactorialmente, es decir, por agentes de tipo biológico (genético, neurológico, etc.), ambiental (familiar, psicosocial) y psicológico (cognitivo, emocional…), teniendo todos estos aspectos incidencia en el pronóstico, evolución, tratamiento y posibilidades de rehabilitación de estos males.

Características de la persona ansiosa
  • Es impaciente. Quiere que todo sea rápido.
  • Tensión muscular.
  • Se siente insegura.
• Por lo general padece de gastritis, digiere un poquito más, tiende a comer más rápido y puede ser que en alguna época sufra disnea suspirosa, es decir, la persona tiene la impresión de que no puede llenar sus pulmones y tiene que hacer una inspiración forzada, pero es una sensación nada más porque en realidad siempre está ventilando y oxigenando bien. 







Conozca los trucos para lograr un buen descanso en las noches


La actividad y las tensiones diarias pueden dificultar el descanso nocturno. Hay una serie de consejos para que el reposo sea reparador, se renueve la vitalidad y mejore la salud física y mental. “Siento como si al despertarme por las mañanas me hubieran dado una paliza”. “Me levanto más cansado de lo que me acuesto”. “Paso toda la noche dando vueltas en la cama y no puedo descansar”. “Estoy cansado todo el día”.
La fisioterapeuta española Esther Cervera Moreda explica que las personas deben relajar su musculatura lo suficiente para aprovechar al máximo las horas de sueño, pues “la actividad diaria y las tensiones pueden crear dolores musculares y articulares que quitan el sueño”.
Recomienda, por eso, seguir una serie de pautas, concretas y sencillas, que ayudan a preparar el cuerpo para el descanso. Estas pueden practicarse en el suelo o sobre el colchón. “Antes de acostarse hay que hacer ejercicios suaves con los brazos, como si nos desperezáramos, sentados o de pie. En este último caso pueden estirarse más las piernas. La idea es disfrutar, respirando mientras se alargan con intensidad las manos, los codos y cada músculo de las extremidades. Aunque uno no tenga ganas de desperezarse, hay que intentarlo, porque los resultados son muy satisfactorios”, dice Cervera, quien también recomienda dejar salir los bostezos.
Ya sobre la cama, y boca arriba, vuelva a estirarse y desperezarse de forma suave, tratando de hacer diferentes posiciones para desentumecer todas las articulaciones. Pruebe a girar las piernas hacia un lado y el tronco hacia el otro, suavemente, repitiendo el mismo movimiento hacia el otro lado. Otras pautas consisten en acomodarse boca arriba y dedicarse unos segundos a sentir todo el peso del cuerpo, en especial el del cráneo y toda la musculatura de la cara, así como abrir la boca intensamente tomando aire a la vez que se intenta que surja un bostezo, aprovechándolo al máximo para distensionarse.

Acomódese correctamente.La firma española de descanso Tempur elaboró su propia lista de detalles a tener en cuenta para facilitar un buen descanso. Aconseja, en primer lugar, mantener una rutina de horarios: acostarse y levantarse a la misma hora todos los días da estabilidad al organismo, ayuda a relajarse y a conciliar el sueño con mayor rapidez. Recomienda acondicionar el dormitorio para el descanso; eso incluye mantenerlo bien ventilado, sobre todo antes de irse a la cama, para garantizar unos niveles correctos de humedad. La temperatura ideal es de 18 grados centígrados.
En cuanto a la postura que debe adoptarse en la cama, según Tempur, existe unanimidad en torno a no dormir boca abajo, porque puede producir lesiones y dificultar la respiración.
Neil McKenna, fisioterapeuta del Instituto de Rehabilitación de Chicago (Estados Unidos), aconseja siempre utilizar almohadas: “Si se duerme de lado, hay que mantener las piernas rectas y poner una almohada entre las rodillas para aliviar la presión sobre la cadera y la espalda”. “En caso de dormir boca arriba, hay que situar la almohada debajo de las rodillas”, agregan los expertos. El fisioterapeuta Eduardo Zamorano insiste en que la postura ideal para dormir es “de lado, con las caderas y piernas flexionadas, en lo que se conoce como posición fetal”.

Otra forma de relajarse, y evitar que el cuerpo acumule las tensiones cotidianas, consiste en aplicar a diario técnicas sencillas de respiración, como las siguientes:

- Respire profundamente: cuando inhale, lleve primero el aire al abdomen e ínflelo, sosténgalo unos segundos y luego llévelo al pecho y expúlselo por la boca.
En la mañana: antes de salir de la cama cierre los ojos y haga por lo menos diez respiraciones profundas. Esto lo ayudará a oxigenarse, a centrarse y a empezar bien el día. Si lo prefiere (y tiene la posibilidad de aire puro) haga esta rutina frente a la ventana abierta.
En cualquier momento del día, cierre los ojos y observe el ritmo de su respiración. Si nota que es entrecortado, poco profundo y rápido, es posible que esté ansioso, estresado, preocupado y poco centrado.
Para cambiar de ritmo y relajarse, respire profundamente y exhale: cuando lo haga deje sonar, al tiempo, un ja sostenido hasta sacar todo el aire. Repita la operación cuatro veces, inhalando a conciencia por la nariz.
Para dormir: a la gente le cuesta dormir porque mantiene demasiados pensamientos y problemas en la cabeza al acostarse. Si ese es su caso, haga cuatro veces el ejercicio anterior, mientras trata de despejar su mente.





La adicción al sexo existe y es una enfermedad que necesita ayuda profesional


Para no incluir este desorden en las enfermedades mentales, prefieren llamarlo hipersexualidad antes que adicción. Es un padecimiento común, y no hay que ser golfista o futbolista para sufrirlo. Para muchos, se convierte en un trastorno de conducta, una enfermedad que por sus consecuencias requiere de la consulta profesional y de tratamientos.

Por lo general, los adictos al sexo son personas con intensos pensamientos y fantasías de contenido sexual que les resultan muy excitantes y se acompañan de una inclinación a la búsqueda continua de satisfacción sexual, explica el psiquiatra, sexólogo y especialista en el área de terapia de parejas, el colombiano Rómulo Aponte, quien marca la diferencia entre adicción sexual y compulsividad sexual.
La compulsividad sexual es otro cuadro clínico que se caracteriza por obsesiones sexuales, pensamientos invasivos que gravitan en la conciencia e interfieren con la capacidad de la persona para atender a estímulos del ambiente, como una conversación, la lectura, ver la TV o concentrarse en su trabajo, afirma. En el adicto sexual, los pensamientos de ese tipo generan placer; en el compulsivo, ansiedad, ya que son considerados extraños al individuo y le producen interferencia. Al contrario del adicto sexual, que busca el sexo por placer, el compulsivo lo busca para bajar la ansiedad.
Es una diferencia clínica importante entre las dos condiciones. También se consideraba una alteración psicológica, un problema más, pero no estaba incluida ni en las calificaciones de la OMS ni en el Manual de la Asociación Americana de Psiquiatría, señala Conrado Viña, psicólogo y profesor de la Universidad de La Laguna, en Tenerife, España. Al figurar en esa lista, lejos de ser un mero trámite, tendrá efectos tangibles y se reconocerá oficialmente como enfermedad, por lo que requerirá de políticas públicas de prevención.

La parte biológica del cerebro influye: En el adicto sexual domina el neurotransmisor llamado dopamina; en el compulsivo sexual la serotonina. El hecho de que se muestre como un cuadro clínico en apariencia diferente no le resta seriedad a la adicción sexual por una premisa fundamental: ninguna adicción es normal. Siempre hay una base biológica; de modo que son considerados enfermos en la medida en que afecta el estado emocional y la capacidad de adaptación para el desenvolvimiento cotidiano, completa Aponte.
Se considera que hay adicción al sexo cuando la persona organiza su vida alrededor de la conducta sexual y necesita estimulación genital para llevarla a cabo. Pero tras la obtención de placer, llega la culpabilidad. Como consecuencia, el adicto suele caer en estados depresivos, baja su autoestima, es proclive a tener conflictos y hasta rupturas con la pareja y en algunos casos arriesga el empleo.

Cómo surge y se desarrolla, permanece en el misterio: Suele presentarse desde la infancia, intensificarse en la adolescencia y agravarse en el adulto. Al igual que la compulsividad, afecta a hombres y mujeres, independientemente de su orientación sexual. Sólo se sabe que surge en la mente como una fantasía. La persona siente ansias de actuar, pero de pronto sufre intensa vergüenza, para luego repetir la experiencia. Su manifestación está asociada a modificaciones biológicas de refuerzo en el cerebro que se vinculan con alteraciones en los neurotransmisores sexuales y del placer, la dopamina, principalmente.
Según el especialista, el primer paso para afrontarla es que la persona tome conciencia de que su adicción es un trastorno. A partir de entonces, será más fácil someterla a un tratamiento, para lo cual existen fármacos que equilibran los neurotransmisores y que están dentro de la categoría de los antidepresivos. Asimismo, existen técnicas de terapia cognitiva conductual que se han diseñado con éxito para el tratamiento de la depresión, trastornos de ansiedad y sexuales.
En el caso de Tiger Woods, es probable que los 40.000 dólares que pagó por el tratamiento, el terror que le produjo la idea del divorcio y la obligación de compartir la mitad de su fortuna, calculada en 1 millardo de dólares, más el retiro de las marcas que luce en su vestimenta, puedan haberlo curado de manera definitiva.