Martin Richard, el niño que murió en Boston
Martin Richard tenía 8 años edad, era un niño inteligente, obediente a sus padres, le gustaba el deporte, le encantaba subirse a los árboles de las casas vecinas, y disfrutaba jugando con sus amigos, entre muchas otras cosas que solía hacer a su corta edad, pero todo quedó truncado.
Martin Richard es el niño que falleció víctima de los atentados en la Maratón de Boston. Estaba esperando felíz y ansioso a su padre, quien corría la maratón, pero desgraciadamente una bomba colocada muy cerca de él apagó su tierna vida y de dos personas más.
La hermana de Martin, de seis años, también fue afectada: perdió una pierna en la explosión y se sumó a la lista de heridos graves que dejaron las explosiones. La madre del pequeño Martin, Denise, igual resultó gravemente herida y debió ser intervenida quirúrgicamente, reportaron varios medios.
El caso de Martin Richard, cuya vida fue cercenada por la detonación de la bomba, ha impactado profundamente en los estadounidenses y al mundo entero, quienes no ven justificación posible a un hecho de estas brutales características.
¿Qué culpa tiene un niño inocente para morir de esta manera? ¿Qué está pasando con el hombre? ¿Por qué el odio se ensaña con personas inocentes?
Hablando de otras desgracias, el último fin de semana en Perú, murieron en un accidente de tránsito 33 personas al caer un bus a un barranco de 200 metros; en Siria ya suman 70 mil los muertos por el conflicto entre fuerzas oficialistas y rebeldes; en Irán hoy hubo un terremoto que dejó varias víctimas, y podemos llenar el artículo con noticias de corrupción, asesinatos, ataques terroristas, guerras, luchas de poder, y más, que dejan como resultado niños huérfanos, mujeres viudas, hombres mutilados, y por ende mucho dolor y tristeza.
¿Qué está pasando con este mundo? ¿Hasta cuándo habrá dolor? ¿El hombre ha perdido el sentido de la vida?
Este mundo está cada día en desgracia y sobrevendrán cosas aún peores, y en medio de este panorama de miedo, hay un Ser que nos ofrece esperanza y paz. El ser humano quiere siempre devolver mal por mal –venganza –, y esa no debería ser la actitud humana. Pero hay algo que nos deja tranquilos y está en la Biblia, donde encontramos respuesta para aquellas preguntas que muchas veces nadie responde.
En Romanos 12:19 dice: “No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor”.
Termino diciendo que solo en Dios encontramos justicia real, depositemos en El nuestras cargas y pesares, la recompensa será de eterna felicidad.
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