sábado, 28 de febrero de 2015

¡No a la automedicación!


Al enfrentarnos a algún dolor o molestia, casi siempre elegimos la opción de tomar alguna medicina antes de ir al doctor ¿Qué tan perjudicial puede ser esto? El hábito de la automedicación se inicia, muchas veces, desde la infancia, ya que, ante algún síntoma de los niños, los padres suelen guiarse por consejos o sugerencias de sus allegados. Sin embargo es importante tomar en cuenta que esto puede complicar el diagnóstico posterior del médico y por consiguiente, el tratamiento.
Problemas que ocasiona
Debido a la automedicación, no solamente se evita que la persona mejore, sino que incluso se contribuye a que la enfermedad progrese por la falta de un tratamiento adecuado. Por otro lado, el mayor peligro es que el uso deliberado de medicamentos puede traer consigo efectos secundarios. Es decir que, paralelo al efecto terapéutico pueden ocasionar somnolencia, mareos, dolor de cabeza, taquicardia, entre otros. En algunos casos, esas anomalías no son graves, pero en otros llegan a ser fatales.


Definitivamente ¡NO!
Es difícil o casi imposible que se pueda hablar de automedicación responsable, pues la persona tendría que estudiar toda una carrera en farmacología para conocer la dosis exacta por kilo de peso y el tiempo preciso por el cual administrarlo, de acuerdo a la patología y al principio activo.


Mejor prevenir…
Es necesario informarse sobre los beneficios y los posibles riesgos de un medicamento. Recuerda que todos son potencialmente peligrosos y tienen reacciones adversas.

Ten presente que si no se calcula adecuadamente la cantidad a administrar de un medicamento, este podría resultar tóxico o ineficaz.
Jamás te automediques con antibióticos, pues antes debes conocer cuál es el germen productor de la infección, ya sea en forma empírica o mediante cultivo.
No debes utilizar antidiarreicos ni antieméticos (medicamentos para controlar el vómito).
El uso de antigripales y medicamentos para la tos y el resfriado no es tan inocuo ni ventajoso como parece.
Nunca suspendas o cambies, por decisión propia, el tratamiento prescrito por el médico.
Si no estás conforme o si no notas mejoría, busca una segunda opinión con otro doctor.

Efectos dañinos
¡Cuidado! Podrías padecer alguno de estos males si continúas automedicándote:

– Si no tomas la dosis adecuada de una medicina, por un tiempo preciso, la enfermedad puede ceder muy rápidamente, pero por poco tiempo, porque luego puede volver y de manera más severa.
– La automedicación puede llevarte a ingerir productos tan fuertes que, a la larga, dañan otros órganos o te provocan otra sintomatología que antes no tenías. Es decir, por un lado mejoras, pero por otro complicas otra parte de tu cuerpo.

Más problemas
Una lista de complicaciones que también pueden ser ocasionadas por el mal hábito de automedicarse:


Reacciones alérgicas
– Gastritis
– Infecciones crónicas
– Complicaciones cardiovasculares
-Intoxicación
– Dependencia química
– Convulsiones
– Irritabilidad
– Muerte









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